Bueno, buscaba un título llamativo y original y ha salido ese. Os cuento la breve y mierdosa experiencia que hemos (mi pareja y yo) tenido con "el banco no banco", el banco fácil, el banco sencillo y SUS MUERTOS EN BICICLETA. Intentaré sintetizar al máximo pero no va a ser breve para explicarlo lo mejor posible:
En noviembre decidimos cambiar de banco, yo estaba en Sabadell y mi pareja en la Caixa, buscamos info y nos decidimos por ING. Guay. Llamamos, todo genial, nos explican todo, nos dicen que todo será la hostia de fácil, que un unicornio rosa vendrá a recoger nuestro dinero de donde está y lo pondrá en otra cestita, de color naranja esta vez (esto es una pequeña licencia).
Acordamos hacer el cambio de cuentas a ING, ella de la Caixa a ING, yo de Sabadell a ING. Rellenamos el formulario y lo enviamos (cada uno el suyo) alrededor del 20 de noviembre de 2020, nos dicen que tardarán X días en gestionar todo (creo que eran 10 laborables o así) y que para 10 de diciembre aprox, ambos tendremos nuestras cuentas operativas y sin problema. A mi me hacen todo por esa fecha más o menos (10 de diciembre), me llega la tarjeta, todo parece guay.
Lo bueno viene con la portabilidad de mi pareja. Llega el 20 de diciembre, nada, sin noticias. Pasan las navidades, ya le había llegado su tarjeta, tiene su app, ha pedido que cambien su nómina a la nueva cuenta y bien. ¿Y el dinero de su anterior cuenta (la Caixa)? Sigue ahí, no lo han movido a la nueva, nadie dice nada. El 10 de enero (aprox) llamamos a ING, que resulta que se les había traspapelado el tema de la portabilidad oye, que perdonemos, que ya está en marcha, que lo sentimos y que en 72h todo guay.
"Bueno, todos nos podemos equivocar, tampoco pasa nada", total, tampoco es tan grave, en esa cuenta solo tiene todos los ahorros que ha cosechado en 10 años. Quizás también nos ponemos algo nerviosos porque desde el "departamento de portabilidad" nos dicen que ellos lo han hecho ya todo, que depende de otro departamento. Eso significa que básicamente ya está sin operatividad la tarjeta de la Caixa, nos lo confirma amablemente su ex-banco (la Caixa).
Vale, bien, resumiendo, tenemos XX.XXX€ bloqueados en una cuenta, que no está operativa por medio de ninguna tarjeta, y que sigue a la espera de que el amable unicornio rosa pase a recogerlos.
Obviamente, las 72h pasan (multiplicadas varias veces) y aquí no hay noticias. Mi pareja intenta (a principios de febrero) ponerse en contacto con ING: musiquita de espera. 10 minutos. 20 minutos. 30 minutos. Tiene que colgar, debe volver al curro. Ok, llamo yo a ver. Me lo cogen a los 15 minutos de espera. No pueden hacer nada si no es ella la que llama, ni aunque les de su DNI y códigos. Lo entiendo, por seguridad, vale. Me dice que están las 24h, que llame cuando sea (las 24h está la música de espera, PEDAZO DE PUTA -esto solo lo pienso, no se lo digo-).
Ella sigue llamando, en los días siguientes, misma espera, mismo resultado. Decide enviar un mail al único mail que aparece en la web y que hemos tenido contacto, el soporte de portabilidad. Les enviamos un agradable email (esto no es irónico). Nos responden de forma igualmente agradable, en resumen: "nuestro departamento hizo lo suyo, no es nuestro problema, llamen al TELÉFONO DESESPERANTE DE LA MÚSICA EN ESPERA".
Llegados a este punto, con nuestros ahorros bloqueados por la inoperancia y completa dejadez de esta gente (llevan 2 meses de retraso para mover el dinero a su banco), mi pareja solo se plantea pedir un rato en la oficina, ir al centro (porque claro, "el banco no banco" no tiene oficinas cerca, son guays) e intentar solucionar el problema in situ (quizás con fuego), además de poner una reclamación por el pitorreo al que nos están sometiendo.
Una vez desahogado pregunto: ¿alguien ha tenido tan mala experiencia con esta gente?¿de verdad son así de dejados?¿hemos dado con los más inútiles? A estas alturas nos planteamos hasta cambiarnos de nuevo de banco, pero es que estamos hasta los huevos de líos y solo queremos que se solucione. Si a alguien se le ocurre qué hacer para meterles prisa o tocarles los cojones, es bienvenido (el fuego se admite).