Más de 1.7 millones de personas fueron detenidas en la frontera, siendo los mexicanos el grupo que más cruces realizó entre octubre de 2020 y septiembre de 2021
Este año ha pulverizado los récords de migración a Estados Unidos. Más de 1,7 millones de encuentros, el término usado para llamar a las detenciones de las autoridades del Servicio de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP por sus siglas en inglés), convierten los últimos doce meses en los más intensos nunca antes vistos en los más de 3.000 kilómetros de frontera con México. El registro de este año triplica el promedio de los arrestos en los años 2012 a 2020. Las catástrofes climáticas, magnicidios, olas de violencia y la pobreza que azota a varios países de Latinoamérica han expulsado a cientos de miles de personas que han visto en la América de Joe Biden la respuesta a sus problemas. El Gobierno demócrata, que asumió el poder en enero pasado, no parece haber calculado la dimensión del problema, que se ha convertido en el asunto más urgente de su primer año de mandato.
México se ha convertido en el principal expulsor de migrantes en el año fiscal 2021, comprendido entre octubre de 2020 y septiembre de 2021. 608.000 mexicanos fueron detenidos por autoridades fronterizas de Estados Unidos, según datos de la CBP que han sido adelantados por The Washington Post. A estos siguieron los ciudadanos del Triángulo Norte de Centroamérica: hondureños (309.000 detenidos), guatemaltecos (279.000 detenidos) y salvadoreños (96.000 detenidos). Otros 367.000 migrantes de varios países de la región, entre ellos Haití y Venezuela, también fueron detenidos en el mismo periodo.
El Gobierno de Biden enfocó sus esfuerzos más tempranos en desincentivar la salida al norte desde Centroamérica, una zona que se convirtió en un foco problemático durante la Administración del presidente Donald Trump. Esto llevó a la vicepresidenta Kamala Harris, nombrada por Biden como la responsable de la situación en la frontera, a realizar su primer viaje oficial a Guatemala y México, donde pidió a los migrantes no hacer el viaje a su país. El mensaje provocó polémica entre los sectores más progresistas, quienes esperaban un viraje en las políticas migratorias estadounidenses desde las duras iniciativas de Trump.