#213 Claro. Me autocito:
Para empezar hay que partir de la base de que los precios de las cosas, y esto incluye los salarios de los trabajadores, no los decide el empresario, ni el trabajador, los decide la ley de la oferta y la demanda.
Si los eligiese el empresario los trabajadores cobrarían 1€ y si los eligiesen los trabajadores los salarios serían de millones de euros al mes. Pero esto no es así, ¿por qué? Por la ley de la oferta y la demanda. ¿Y qué relevancia tiene esto en lo que estamos hablando?
En cualquier mercado cuando existe un desequilibrio de la oferta y la demanda una de las partes gana el poder de la negociación. Por ejemplo si estás en mitad del desierto y tienes un grifo de agua helada, al haber una gran demanda de agua y muy poca oferta esa botella la podrás vender por mucho más dinero que si la vendes en mi casa, donde directamente ni siquiera te la compraría porque tengo abundancia de oferta (mi grifo).
Esto aplicado al mercado laboral funciona exactamente igual: en un país con un paro estructural como es el de España las ofertas de empleo son tan escasas y la demanda tan alta que el poder de la negociación recae en el empresario. Esto no es el único motivo por el cual los sueldos son bajos en España, también influye la productividad, pero esto no viene al caso con respecto a lo que estamos hablando.
¿Qué ocurre con el SMI? El SMI lo que está provocando es que aquellas personas que no se puedan emplear porque no generan tantos ingresos como costes suponen se quedan en paro. Si existe un trabajo, por estúpido que sea, que puede generar 600€ al mes, y el SMI es de 600€ al mes, esa persona no será contratada jamás. Cuanto más subas el SMI más despidos se producirán porque habrá trabajadores cuya productividad está por debajo de esa cantidad.
¿Qué se consigue si se elimina el SMI? Primero que todas esas personas que tengan una baja productividad puedan trabajar, y segundo que el paro baje enormemente. Y aquí volvemos al punto uno, ¿qué ocurre si baja el paro enormemente? Que la oferta y la demanda se equilibra y llega un punto que ya no es el trabajador el que se tiene que pelear y rebajar para encontrar un puesto de trabajo, sino que son las empresas que tienen que competir entre sí para encontrar trabajadores, mejorando las condiciones laborales y los salarios.
En resumidas cuentas, el mercado laboral es un mercado y se rige bajo las mismas normas, cualquier cosa que ocurra en un mercado de bienes (en este caso de servicios) se replicará del mismo modo. Poner un precio mínimo a esos bienes sólo hace que dichos bienes jamás puedan ser vendidos arruinando a los que los poseen y condenándolos a la pobreza.
Y de paso te cito las cifras que calculó el Banco de España analizando una de las últimas subidas del SMI:
el Banco de España toma como punto de partida el análisis elaborado en 2015 por los economistas Galán y Puente, donde se concluyó que aumentos moderados en el salario mínimo tendían a elevar significativamente la probabilidad de que trabajadores jóvenes y mayores fueran despedidos. Así, Galán y Puente calcularon que la probabilidad media de despedir a un trabajador entre 16 y 24 años pasó del 11,2% al 24,9% como consecuencia de las subidas del SMI aprobadas entre 2005 y 2010; del mismo modo, la probabilidad media de que un trabajador de más de 45 años fuera despedido acreció del 11,2% al 49,9%.
Pues bien, a partir de estos resultados, el Banco de España estima que, tras la elevación del SMI a 825 euros mensuales, perderán su empleo el 5% de aquellos trabajadores entre 16 y 25 años presuntamente beneficiados por esa subida; el porcentaje se eleva hasta el 6,36% en el caso de los empleados con edades entre 46 y 70 años.
Las cifras son más escalofriantes aún si tenemos en cuenta la subida de SMI que propuso Podemos a 1108€.
según el Banco de España, si el SMI aumentara hasta los 1.108 euros mensuales –como ambiciona Podemos–, el 17,52% de los jóvenes afectados por él se quedarían en el paro; a su vez, el 20,65% de los mayores de 45 años que percibieran el SMI serían condenados al desempleo.