La Guardia Civil arrestó al traficante que vendió droga en mal estado en Coria y dejó un fallecido y muchos intoxicados, mientras se investiga si un muerto en Plasencia tiene relación con el caso
Dos muertos y una gran cantidad de intoxicados han levantado todas las alarmas en la provincia de Cáceres. Una partida de cocaína adulterada es la principal sospechosa de haber segado la vida de dos hombres en las localidades de Coria y Plasencia en menos de una semana. Afortunadamente, la rápida actuación de la Guardia Civil y la Justicia ya han llevado a uno de los traficantes que la vendió a prisión.
La droga seguramente fue cortada con alguna sustancia tóxica que ha provocado las defunciones, además de una retahíla de efectos secundarios y sorprendentes alucinaciones en sus víctimas. Entre las alucinaciones se dieron los casos más raros de mezclar la realidad con la pesadilla. Por ejemplo: freír huevos en Fairy, rociarse los brazos con insecticida al creer que estaban llenos de cucarachas, ver que le perseguían unos enanos que le pedían dinero o creer que su casa estaba "llena de negros" fueron algunos de los efectos secundarios relatados por las víctimas a las autoridades.
El caso comenzó la madrugada del sábado 21 de agosto, cuando la Guardia Civil de Coria levantó el cadáver de un hombre de 37 años, Alejandro, que había fallecido en su casa. Una bolsita con restos de cocaína en la cocina despertó las sospechas de que el hombre había consumido esa noche y a lo mejor había sufrido una mala reacción.
Poco después, comenzaron a llegar personas intoxicadas al Hospital Ciudad de Coria: primero tres, luego cuatro...
La Guardia Civil estableció un protocolo con los médicos para que le informaran de cualquier caso similar que llegase en las siguientes horas, pero con un muerto ya sobre la mesa, lo primordial era capturar al camello y que no hubiera más víctimas.
Durante el fin de semana, hasta nueve personas quedaron ingresadas en el hospital, más otras cinco que pasaron por Urgencias pero no requirieron hospitalización. Las declaraciones de algunas víctimas, pese a la reticencia original a hablar de que habían consumido droga, terminaron por dar fruto: el traficante era José Antonio L., un camello que en cuanto se enteró de que lo que estaba pasando se fugó a Plasencia. Fuentes cercanas al caso han destacado que sin la colaboración de las víctimas y del hospital de Coria habría sido muy difícil resolver el caso.
Pese a que el Juzgado de Instrucción número 1 de Coria autorizó enseguida el registro de su casa, cuando los agentes fueron a buscar la droga y al camello ya no encontraron a ninguno. Sin embargo, fue cuestión de esperar un poco, y el domingo ya estaba detenido y pasado a disposición judicial. José Antonio se negó a declarar y decidió no colaborar confesando a quién había vendido la droga (ni a quién se la había comprado él), pese a las advertencias de que podía morir más gente. La juez lo envió a prisión provisional sin fianza el mismo lunes.
Mientras tanto, seguían llegando testimonios de intoxicados: gente que no podía orinar en todo el día, que sufría paranoias, que se quedaba sin vista por tener las pupilas dilatadas al máximo durante varios días, y las mencionadas alucinaciones. Muchos decidieron ayudar en la investigación e incluso entregaron restos de cocaína sin consumir, que serán analizadas por el Laboratorio Criminalístico de la Guardia Civil en Madrid. A la par, la autopsia de Alejandro dio positivo en cocaína, y sus vísceras se han mandado a analizar al Instituto de Medicina Legal de Sevilla.
Parecía que el caso se iba cerrando gracias a la rápida coordinación entre la Guardia Civil de Coria, la Fiscalía y el Juzgado, pero entonces a mediados de esta semana pasada falleció otro hombre en Plasencia, aparentemente por la misma razón. Plasencia fue precisamente donde huyó el camello que está en prisión.
Además, otra persona pasó por el hospital de Plasencia con síntomas similares a los de Coria. En este caso, es territorio de Policía Nacional, que detuvo horas después al camello que había vendido la droga al fallecido. Sin embargo, cuando este viernes pasó a disposición judicial, el juzgado placentino decidió ponerlo en libertad.
El caso de Plasencia apunta que está relacionado con el de Coria y hace pensar que quizá algún distribuidor vendió la droga mala a los dos camellos. Las autoridades están muy preocupadas: la delegada del Gobierno en Extremadura, Yolanda García Seco, alertó el viernes sobre el peligro de consumir esta droga que aún no se sabe a cuántos puntos de la región ha podido llegar.
Se sospecha que además de los intoxicados conocidos, seguramente ha habido muchos más que no han necesitado ir a Urgencias o que lo han evitado por vergüenza a contar lo que les había pasado. Entre las víctimas de esta droga adulterada hay algunas que pertenecen al equipo de fútbol de Coria, así como un hombre de casi 65 años.