El gran triunfo del independentismo no es vender su gran mentira a un millón de acólitos sin capacidad de pensar más allá de la versión oficial, es vendérselo y/o hacer dudar a los que tienen la capacidad de pensar e informarse.
Bueno, también tenemos el principio de la navaja de ockham que pese a no cumplirse siempre suele acertar con bastante frecuencia y que nos dice que por norma general el escenario más probable acostumbra a ser el correcto.
La realidad es que Alemania no nos lo quiere extraditar por rebelión y nosotros nos escudamos en argucias legales de forma, no de contenido. Pero si ampliamos la vista, veremos como tampoco nos lo quieren extraditar ni Bélgica, ni Suiza ni Escocia. Y si fuéramos un poco críticos (después de que nos bombardearan con que Francia y Alemania eran los países que más nos interesaban), nos daríamos cuenta que probablemente de toda la UE, a lo sumo un par de países nos darían a Puigdemont por rebelión.
Si seguimos ampliando la vista, nos daremos cuenta que prácticamente la totalidad de la prensa extranjera coincide en lo absurdo y desproporcionado que resulta el delito de rebelión, es cierto que los periodistas ni tienen porqué ser expertos en leyes, ni tienen que tener la potestad de juzgar, pero cuando la opinión en el extrajero es tan unánime deberíamos preguntarnos porqué.
Si seguimos abriendo el círculo tenemos ya a los políticos y su diplomacia. A España le costó poquísimo conseguir apoyos internacionales a favor de la unidad del país, tanto de Alemania, Francia, UE e infinidad de otros países. ¿Donde están todos esos apoyos al delito de rebelión? La realidad es que la diplomacia exige prudencia, por eso prefieren callar, pero no encontrarás ni 1 solo apoyo al delito de rebelión que ahora centra todo el debate.
Cuando absolutamente nadie te compra tu discurso fuera (ni jueces, ni políticos, ni opinión pública) y cuando dentro de tu país incluso los expertos parecen decantarse más por el no hubo delito de rebelión, quizás deberíamos empezar a hacer algo de autocrítica y no limitarnos a escudarnos tras el "ya se verá en el juicio".
Y debemos hacer esta reflexión especialmente en este tipo de delitos que despiertan tantas pasiones, porque con extrema facilidad nos acaban nublando el juicio. Y se habla mucho del caso Puigdemont, pero lo que está sucediendo es mucho más escandaloso si nos fijamos en "los Jordis", 2 individuos que se enfrentan a penas de 30 años de cárcel sin haber participado en absolutamente ninguna decisión política, sin haber malversado nada y exclusivamente acusados por encabezar una manifestación que acabó con daños en el mobiliario urbano.
malversación entra dentro de corrupción aunque lleven distinto nombre.
Y malversación ha sido aceptada, aquí estamos discutiendo rebelión que no aparece en esa lista.