Algunos de los razonamientos que hay para justificar la morterada de impuestos absurdos y desproporcionados son de chiste hasta el punto de abrazar un sistema que se basa en un paternalismo digno de las sociedades más arcaicas sin tan siquiera darse cuenta de que va en contra de las ideas básicas que deberían defender.
Si el "padre de familia" es el que gestiona y administra el dinero de la unidad familiar (los ingresos de su esposa e hijos) lo consideraríamos machista, patriarcal e incompatible con nuestros valores de igualdad y libertad.
Si sustituimos al "padre de familia" por un señor en un despacho de un ministerio entonces ya no está mal que alguien nos administre nuestro dinero y nos diga lo que debemos y no debemos hacer.