http://www.rtve.es/television/20120221/documentos-tv---imperio-sinsexo/499871.shtml
Los japoneses ostentan el récord mundial de abstinencia sexual. Al menos, con sus parejas. La terapeuta Mayumi Futamatsu asegura que la experiencia en su consulta le confirma que entre el 60 y 70% de las parejas de más de 40 años no mantiene relaciones sexuales. Pero, aunque la sexualidad conyugal está en peligro, la industria del sexo va viento en popa. En Japón el sexo está en todas partes y se ha elevado a industria nacional, alcanzando el 1% del PIB.
Kota es soltero a su pesar. Es uno de los muchos solitarios que acude a los ’Neko cafés’ japoneses a superar sus frustraciones acariciando gatos
Fumiyo tiene pareja pero hace tres años que no mantiene relaciones sexuales con ella. Eso sí, se conoce como la palma de la mano los principales centros de placer de Tokio
Prostitutas, muñecas, masajes, películas... y hasta gatos. En 20 años el número de solteros se ha duplicado y los animales domésticos se han convertido en los nuevos compañeros, pero no en casa. Existen los 'Neko cafés', donde acuden los solitarios en busca del contacto y afecto que les puedan ofrecer los gatos.
La comodidad parece haber apagado el deseo de los japoneses. Pornografía y prostitución son sinónimos de placer inmediato y sin esfuerzo. La cuestión es si Japón es diferente, o sencillamente va por delante.
"El imperio de los SinSexo" se estrena en el domingo 26 de febrero de 2012 a las 22.00 en La 2 de TVE.
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Otra noticia:
INFORME | ABSTINENCIA A LA JAPONESA Crisis sexual en el país del sol naciente Yasuyo, ama de casa, lleva ocho años sin practicar sexo. Ryotaro, comerciante, dos... Sólo el 34% de los japoneses lo hace una vez por semana, por un 72% de los españoles. La crisis sexual está hundiendo aún más la alicaída natalidad de los nipones
Los japoneses son un pueblo orgulloso. Pero su vanidad se descoyunta cada vez que se publican encuestas sobre sexo. En la nación con menos huelgas del mundo, la gente sólo se abstiene del deber conyugal.
El síntoma más llamativo de esta crisis del sexo son los matrimonios asexuados. Ryotaro Kono, de 39 años, tiene varias empresas de alimentación en Tokio y todavía se acuerda de la última vez que se acostó con su mujer. Fue hace dos años. Ni siquiera le parece demasiado. "Antes de esa vez, esperé otros ocho años", asegura Kono, casado desde hace tres lustros y con una hija pequeña de 10 años.
El alejamiento llegó al poco de haberse casado, debido al exceso de trabajo. Al principio, su mujer se quejaba de la falta de actividad en la cama, pero en cuanto tuvo el primer bebé, fue ella la que, siguiendo la tradición nipona, dejó de ver a su marido como un compañero de juegos. Así llegaron al acuerdo actual: no importa lo que se quieran, y aseguran que es mucho. En adelante, nada de sexo. "Me da pereza hacer el amor. Además, mi esposa es mi familia, y siento vergüenza de comunicarme sexualmente con ella" explica Kono a Crónica.
Por extraño que parezca, el caso de esta pareja no tiene nada de inusual en el Japón de hoy. "Entre nuestros clientes que quieren construir casas nuevas, la demanda de alcobas separadas está aumentando", dice Shuichiro Takeshima, empleado de una firma constructora.
El país del sol naciente ocupa el farolillo rojo de los 26 países analizados en un informe mundial recién publicado por la marca de preservativos Durex. La frecuencia en tener relaciones sexuales -48 veces al año- es menor que la mitad de la media internacional. Sólo el 34% de los japoneses tiene relaciones sexuales al menos una vez por semana, por un 72% de los españoles. Una profunda crisis de sexo que amenaza con hundir todavía más la alicaída natalidad japonesa.
A Yuriko Yagi, ama de casa de 40 años, sus dos hijos, de cinco y dos años, le sirven de muro en la cama ante su marido, evitando cualquier contacto sexual. El último fue hace más de dos años. "No queremos que nuestros hijos duerman solos. Además, como no tengo ganas de tener relaciones sexuales con mi marido, es una buena excusa para mí".
La mayoría de sus amigas también comparten la alcoba con sus niños. Todas han renunciado al sexo conyugal y ni siquiera han pensado en buscarse amantes.
Una investigación conjunta con el ministerio de Salud, Trabajo y Bienestar y la Asociación de Planificación Familiar de Japón, realizada en 2006, muestra que un 34,6% de las parejas casadas no tiene contacto íntimo alguno. La cifra ha aumentado casi tres puntos con respecto a 2002 (31,9%).
El psiquiatra Teruo Abe, especializado en relaciones sexuales, definió el problema en términos patológicos por primera vez en 1991, a través de un estudio publicado por la Sociedad de Ciencias Sexuales de Japón con el escueto título de Sin Sexo. Se trata de casos de parejas completamente sanas que no tienen relaciones durante más de un mes y que no esperan tenerlas -ni lo desean- en el futuro.
DORMITORIOS SEPARADOS
El número de parejas sin sexo aumenta de forma alarmante. La lista de espera de este psiquiatra en su clínica está colapsada. En los últimos 13 años, ha multiplicado por 20 su cifra de pacientes. Ellos, los que solicitan ayuda, son una excepción. Para la mayoría, simplemente, no hay nada extraño en no tener relaciones sexuales.
El caso de Yasuyo Nakata, también en la cuarentena, es más extremo. Nakata no se acuesta con su marido desde hace ocho años. El mismo día en que dio a luz a su hijo. "Mi esposo no me ayudó en nada con el cuidado del bebé. Desde entonces, ya no le considero mi esposo, sino un cohabitante", afirma Nakata. Ni qué decir tiene, sus dormitorios están separados por un grueso tabique. "Y tengo mucho cuidado en no mostrarle mi feminidad para no estimularle", dice Nakata.
La socióloga Yuko Kawanishi, de la Universidad Gakugei, identifica la causa de esta abstinencia sexual en el anquilosado sistema familiar. "La expectativa del matrimonio es muy diferente respecto a Occidente. Aquí también existe la cultura del amor, pero fuera del matrimonio. Casarse suele ser sólo un medio de formar una familia y tener hijos" explica Kawanishi a Crónica.
La socióloga japonesa añade otro factor made in Japan sobre los problemas sexuales en el matrimonio: la magnitud de la industria sexual. Una de las últimas modas son los burdeles en los que los clientes son ubicados según sus preferencias sexuales en habitaciones individuales. "Tenemos muchas opciones y una de ellas es este tipo de negocios. No dependo de mi esposa para tener sexo", sostiene el asalariado Isamu Kurokawa, de 43 años, que asegura no haber rozado a su parienta desde hace dos años.
Una reciente encuesta entre los varones japoneses indica que la mayoría no considera una infidelidad pagar por sexo con otra mujer. La mayoría lo considera una opción más de "entretenimiento". Como ir al fútbol o al cine.
http://www.elmundo.es/suplementos/cronica/2008/654/1209247203.html