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"Eurovisión: el suicidio colectivo
eZpañoles, la música ha muerto
Ibercampus ha reflejado diariamente cómo Internet es herramienta para la educación de los jóvenes. Sin embargo, (todo tiene un precio), la Red esconde un lado oscuro. Se está cargando la cultura. Señores y señoras, la música se muere. Y de ejemplo, (a parte del obvio e imparable pirateo) tenemos a Eurovisión.
Menos mal que aún no está inventada la “ciber yoya” porque si no, habría una masacre peor que la de cualquier campus norteamericano. Los jóvenes quieren matarse.
Todo empezó cuando RTVE delegó en el famoso Myspace la elección de los candidatos a representar a España en Europa. El sistema vendió la idea de que cualquier promesa anónima puede optar al puesto. Sin embargo, la plataforma se ha convertido en un patético campo de batalla lidearado por el analfabetismo más crudo.
El concurso se ha convertido en una fábrica de trampas, odio y rabia contenida. Una especie de anarquía cibernética en la que todo el mundo corre de un lado para otro intentando encontrar alguna grieta técnica, y dejando al descubierto sus vergüenzas: la España inculta, rencorosa y patética invade la Red.
En nuestro país Eurovisión nada tiene que ver con la música. Es desesperanzador ver cómo algunos (pocos) artistas de órdago se entremezclan en la misma lista con fantoches de silicona o productos discográficos sin calidad de ningún tipo, que engrosan los bolsillos de algunos productores a costa de la salud cultural del país. Y lo peor, es que los papás de todo esto también forman parte.
Todos, absolutamente todos los que lideran el ranking “supuestamente” elegido por la democracia son como canapés de pan con mierda. Y son todos iguales, menos uno, que va con aceituna: el “chiki chiki” de Buenafuente. Es el campeón, de momento. Una burla que la cadena de la competencia le ha colado al propio festival para demostrar a los que aún no se habían dado cuenta, que Eurovisión es un contenedor sin reciclaje posible.
Mi enhorabuena a Andreu. Es genial ver cómo los eurofans se echan las manos a la cabeza ante el triunfo de Rodolfo, en plan "¿No me digas?", indignadísimos ellos, mientras el ratón les echa humo de tanto votar a “artistas” que son igual de patéticos. A ver si se dan cuenta de una vez de que la tendencia vacía y superficial que sigue Eurovisión en los últimos años no nos llevará más que al culo de Europa.
Qué sorpresa. "