Sudamérica se tiñe de rojo y de ruina. Brasil es el más reciente capítulo aunque no será el último. El Socialismo triunfa. Es como una enfermedad que se contagia con suma facilidad. O más que una enfermedad, es una droga que te engancha, porque te promete vivir sin currar y una vida sin responsabilidades, pero muy al contrario de esto te da un país en ruinas del que al final tienes que emigrar.
Los brasileños ayer votaron su ruina, y no será porque carecen de ejemplos cercanos, tanto a nivel histórico como geográfico. Quiero decir que si mañana su ruina se multiplica por tres no podrán apelar al desconocimiento. Claro que siempre tendrán como excusa lo malo que fue Bolsonaro y que su país está como está por culpa de éste. Así es el Socialismo, esa ideología que siempre utiliza la eterna excusa de que la culpa "es del otro", del Capitalismo, de Donald Trump, de la Guerra de Ucrania y de los recortes de Rajoy.
Pero es que además aquí se da la circunstancia que el tal Lula es un personaje conocido por su ineptitud para el cargo, y de todos es sabido su palmarés de fracasos en lo económico y lo social. En 2010 dejó a Brasil hecho unos zorros y en 2017 fue procesado por sobornos y corrupción, pero aun así le vuelven a votar. No es de locos, es de imbéciles. Sí, eso he dicho, de imbéciles. Eso, o bien que todos los que le votan piensan como él, que está muy bien eso de actuar al margen de la Ley.
Dentro de unos meses los brasileños vendrán a Europa por millares buscando una vida mejor porque en su país no tendrán para comer. Y ojo porque hablamos de uno de los países con más riquezas naturales del planeta. ¿Pero sabéis lo mejor? Pues que todos estos, lejos de abominar del Socialismo que les llevó a la ruina, en su discurso seguirán apoyando al Socialismo, porque les promete el Paraíso en la Tierra, el pan y la sal sin tener que mover un dedo. Sin duda el Socialismo es la ideología de los vagos y de la gente de mal.
Yo por mi parte, no me queda otra que decirles a todos esos brasileños que votaron a Lula, que cuando la ruina llame a su puerta, para mejorar la que ya tienen, pues que no nos vengan con lloros al resto del mundo porque tienen lo que ellos mismos se han buscado.