Se que es atroz derribar ese edificio para construir otro, pero ese rollo brutalista que me lleva esa iglesia me encanta. Es ochentero total, la arquitectura de aquellos años me fascina. Aquí en Valencia hay un centro comercial que con las sucesivas reformas ha ido perdiendo esa esencia ochentera, pero sigue manteniendo un aspecto de gran superficie ochentera que me alucina.
Hablo de nuevo centro, con todas esas escaleras, galerías comerciales subterraneas , barandillas redondas, geometría cuadrada con los cantos redondeados, pasillos interminables....