Un militante de Podemos es brutalmente agredido en Guadalajara durante la pegada de carteles
Un simpatizante castellano-manchego de la coalición Unidos Podemos ha sido brutalmente agredido mientras participaba en la tradicional pegada de carteles. Concretamente, el suceso ha ocurrido en Sotolargo, una urbanización situada en Valdeaveruelo, localidad que se encuentra a unos diez kilómetros de Guadalajara.
Sobre este asunto, la persona golpeada, Gabriel Martínez Marquina, ha declarado a periodicoclm.es que no conoce al agresor, por lo que el episodio violento ha sido por “diferencias ideológicas”. “No le gustarían los carteles que estaba pegando”, ha manifestado.
En su relato, Martínez Marquina afirma que está inscrito en Podemos y es voluntario de campaña, razón por la que se desplazó a Guadalajara en la noche de ayer para recoger unos carteles que debían ser colocados en Sotolargo, urbanización donde reside. “Estarían vigilándome, ya que visualicé un vehículo cuyo conductor tenía un comportamiento extraño”, ha asegurado.
Pero el incidente no ocurrió allí, sino en el tramo desde esta urbanización al núcleo del municipio, Valdeaveruelo, un intervalo de cuatrocientos metros de carretera nacional que no está urbanizado. “Fue cuando estaba casi entrando al pueblo, en ese instante pude oír desde mi motocicleta varios frenazos de choche, un Peugeot 206, y a su conductor realizando gestos y gritándome”, ha expuesto Martínez Marquina en su denuncia.
“Como me denuncies te vas a cagar, te voy a matar”
“Pensaba que me iba a llevar por delante, así que paré para preguntarle si le pasaba algo”. Según recoge la propia diligencia, el conductor se bajó del vehículo, se dirigió al simpatizante de Unidos Podemos y le tiró de la moto cuando todavía estaba en marcha.
Martínez Marquina denuncia que el agresor, aprovechando que se encontraba tendido en el suelo y con la moto tirada encima, le agarró del cuello al tiempo que le amenazaba con frases como “como me denuncies te vas a cagar, te voy a matar” o “como sigas te rompo el cuello”. “Hubo un par de minutos en que no sabía cómo iba a acabar la situación, me dijo de todo”, ha confesado el agredido
Bueno señores parece que volvemos a los tiempos de los rojos y los azules, que vergüenza de gente. Parece que aquí no hay libertad e expresión y si la tienes te la cortan a ostia limpia. Espero que le metan un buen puro, cosa que no pasará por que la justicia es una basura.