Es un ministerio absurdo e innecesario, que le supone a los españoles un gasto de 100 millones de euros al año.
Su premisa es imponer en la sociedad un concepto forzado de "discriminación positiva" donde se da preferencia y privilegios a la mujer por encima del hombre, provocando una obvia desigualdad. Su aplicación práctica genera injusticia, ya que donde no se aplica es la mujer la que convive en desigualdad, y donde se aplica es el hombre quien es discriminado.
Y con todo esto, vá nuestra ministra chachi-piruli ahijada de Manuel Chaves, ex-directora de la agencia andaluza para el desarrollo del flamenco, y suelta esta mañana aquello de "me gusta que me piropeen por los pasillos y me vayan abriendo puertas". Ya de paso que le den palmaditas en el culo y ... oh, wait!