Me gustaria profundizar lo que dice #102:
Cuando somos unos gentiles caballeros de guante blanco, abriendo la puerta y dejándolas pasar primero, siendo atentos, delicados y, directamente por uqe no decirlo, maricones, resulta que no es lo que realmente quieren, y cuando somos unos cabrones y unos gilipollas, no sé chico, como que están detrás tuya todo el dia porque en el fondo sienten la necesidad de intentar convertirte en el caso que abre esta argumentación. Y digo yo, ¿para qué tanta complicación? si para ir de mi casa al puticlub hay una calle recta que me lleva directo, ¿Por que voy ponerme a callejear pasando por el barrio de los kinkis si tardo más y lo voy a pasar peor y doy más vuelta?
y Obviamente no todas son iguales, luego estan las que directamente te joden porque si, porque ese dia les ha dado por hay.
Que digo yo que los tios también somos unos cabrones (en muchas ocasiones lo he sido, no tengo ningún problema en reconocerlo), pero ni por asomo somos tan sumamente enrevesados, rebuscados y maquiavélicos.