¿Alguna vez te has preguntado cómo se hablará de nuestra generación en las décadas que vendrán? En realidad yo tengo esta interrogante casi todos los días.
Mi preocupación más grande es que nuestra generación será conocida como la generación que se rindió con el amor. Que, como dice Paul Hudson, tiene citas sólo por salir. La generación que olvidó como amar, lo que, en realidad, es ridículo. Muchas personas nunca han entendido muy bien el amor, sólo han tenido una pobre interpretación de éste.
Y al parecer, esta sería la primera generación en alejarse de los enfoques convencionales, en cuanto a relaciones románticas y cariñosas se refiere.
La única pregunta que queda es si seremos recordados por ser la primera generación en aceptar un punto de vista más lógico y racional sobre el amor, o por ser la primera generación en rendirse por completo.
Supongo que a ustedes les tocará decidir.
Nos importan más las gratificaciones instantáneas que cualquier otra cosa.
Hemos creado una cultura motivada por las drogas y el alcohol.
Nos acostamos con muchas personas, y mucho.
Nos estamos volviendo incluso más egocéntricos.
Tenemos citas sólo por salir.
No somos fanáticos de hacer sacrificios.
Creemos en los finales de cuentos de hadas.
Nos han engañado para que pensemos que se puede alcanzar la perfección.
Nos motivan nuestros objetivos, pero a menudo olvidamos incluir a nuestras parejas en esta mezcla.
Casi todos somos muy malos amando.
El amor confunde. Tiene distintas capas y muta, cambia con el tiempo y con cada nueva pareja que dejamos entrar en nuestras vidas. El amor es tan increíblemente completo que la mayoría de las personas simplemente no ha podido entender su significado real.
No es nada de lo cual debamos sentirnos avergonzados, pero es un motivo de preocupación. La pregunta real es: ¿nos estamos volviendo mejor o peores amando? No tengo la capacidad para responder esa pregunta, pero temo que la respuesta pueda ser lo segundo.
Por supuesto que cada individuo es diferente en su forma de entender, pero pareciera ser muchos están increíblemente perdidos. El problema es que si no podemos entender mejor al amor, su propósito, sus límites y sus falencias, nunca seremos felices.
Y eso es un hecho.
Yo apostaría también por lo segundo, en verdad. Somos una generación cobarde y manipulada en todos los aspectos en los que se puede serlo, y en algo como el amor, no podíamos ser menos. ¿Qué opina MV?