#37 ahora lo podeis hacer vosotros también, ahora con la revolución femenina tienen mas huevos las mujeres y más tetas los hombres XD
#61 Ya ves... Hay que andar con mucho cuidado. Sobre todo borracho de fiesta. Podrías comerte de todo.
Como mujer que ha vivido el rol de hombre.... Y mucho peor, de hombre homosexual, y ahora puedo vivir y ser tratada como mujer por la sociedad puedo afirmar que hay muchas mujeres que afirman haber sufrido una opresion que no han vivido, especialmente las mas jovenes. Ademas de que a las mujeres se las educa en una cultura del miedo y de criticar a las otras mujeres que yo no he vivido y como no la he vivido no tengo determinados conportamientos que ellas si.
Creo que habiendo sido chico gay, sobre todo en el instituto y el colegio y sufrido 20 veces mas discriminacion que cualquier mujer por ser mujer... Y parece que es al contrario.
Parece que pocos han visto el comentario del spoiler ¿o es que lo ha puesto después?. Esta claro que un debate prefabricado, pero si existe ese texto en la web quiere decir que hay gente con ese tipo de razonamientos y argumentaciones, no @horiznt que lo usa de parodia pero en el fondo igual de veraz y válido para los autores originales del texto.
son feminazis, creen que van a poder contra el supremacismo blanco y contra la superioridad del hombre sobre los objetos sexuales llamadas mujeres.
Nunca van a poder contra nosotros, somos invensibles
Me parece adecuada la igualdad de derechos y responsabilidades.
A parte de eso, no entiendo la revolución.
#68xeustA:Me parece adecuada la igualdad de derechos y responsabilidades.
Para el carro un momento por favor, no nos adelantemos, vamos a igualar derechos, se puede hablar de algun privilegio que otro pero las responsabilidades tienen que estar fuera de la mesa.
El día que sea normal ver a una mujer encima de un andamio creeré que la revolución femenina ha ocurrido.
Mientras tanto, AJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJ
#49 Y sin embargo si lo hace un hombre automáticamente es machista, un golfo y le cae censura, está a favor de los asesinatos de mujeres y de la violencia de género y de las violaciones, le llaman al trabajo para intentar forzar despido, etc.
Y si no te lo crees, coge y postea una foto en instagram con las mismas palabras que ponen ellas a lo "Y los hombres para qué sirven ahora?".
Pon esa mismo y no vale decir que es un "experimento" porque entonces no vas a tener reacciones reales. Pero vamos, viéndote postear las tonterías que pones y lo aliado que eres seguramente pensarán que te han robado la cuenta.
#79 no hace falta irse tan lejos a por una realdoll,las vaginas en lata ya existían hace 15 años y no conozco a una mujer que no dijera que era un “puto asco para pajilleros vírgenes y fracasaos” textualmente.
Eso si,el satisfyer nos hace libres jijiji
#78 No digo que se tengan que meter a ese tipo de trabajos si quiera, solo digo que es un poco incongruente demandar más mujeres científicas, y todas las feministas estudiando humanidades. O demandar más mujeres en puestos directivos, y no querer pagar el precio que eso trae.
#2 que cojones tendra que ver el futbol en todo esto.
Yo lo que veo en esta revolucion femenina es que es un desastre epico, porque en lugar de cambiar las actitudes y expectativas toxicas sobre los hombres, se tiende a que las mujeres copien estas actitudes pero encima a ellas no se les recriminen.
Me refiero a cosas como tratar a los hombres como objetos sexuales, despreciarlos por ser hombres, etc. En lugar de atajar estos comportamientos, se estan potenciando y convirtiendo esto en una guerra de sexos a ver quien es mas gilipollas y menos considerado con el resto.
Pues a los hombres siempre se nos aplaude por eso mismo, es lo que se espera de nosotros, y sin embargo a ellas se les acusa de sucias o incluso meonas por hacerlo.
Y yo digo ¿pues que problema con ello? Es natural, si tiene que suceder, dejad que suceda. Hasta da para más juego! Si ya lo decía Woody Allen...
Una puta como Virginie Despentes no resulta fácil de digerir para el feminismo postmoderno: quieren mujeres independientes, pero dentro de unos límites. La narrativa burguesa biempensante no puede asimilar a una exprostituta que no muestra culpabilidad o vergüenza. «La decisión no pertenece a la mujer adulta, el colectivo impone sus leyes. Mujeres a las que nunca les ha faltado de nada están convencidas de esta evidencia: eso no hay que legalizarlo».
Con el objetivo de excluirla del «verdadero feminismo», a Despentes se la tacha como «la feminista preferida de los puteros», como si al cliente le preocupara demasiado la regulación del sector. Pero eso sirve para ningunear, victimizar, juzgar y tutorizar a todas las mujeres que ejercen la prostitución de manera voluntaria, que no son pocas (seis de cada siete, según la ONU). Todo por la causa.
Otra «antifeminista» es Camille Paglia, clasificada en «la nueva derecha». Y tan nueva: una bollera que defiende el aborto, el porno, la prostitución y la legalización de las drogas. Algunas feministas son tan excéntricas que creen que la emancipación de la mujer no debe consistir en que ya no sean los hombres sino colectivos de mujeres quienes controlen sus decisiones. Cambiar de amo no te libra de ser un esclavo.
Cuando Paglia, en los años 60, quiso saber por qué las chicas no podían salir de sus cuartos a partir de las seis de la tarde, le dijeron que el mundo era un lugar peligroso; que corrían el riesgo de ser violadas. «Entonces dadnos el derecho de correr el riesgo de ser violadas». Ella era la única estudiante en Yale abiertamente lesbiana en 1972 y nunca necesitó de un espacio libre de opiniones ofensivas. En vez de infantilizar y sobreproteger, el discurso de Paglia habla de capacitar a la mujer para decidir qué riesgos decide asumir y cómo afrontarlos: «Si eso te da demasiado miedo, entonces quédate en casa de mamá y ocúpate de hacerte la manicura».
Aunque Paglia comparte ese origen burgués, tampoco le importa bajar al barro: al terminar el doctorado en Yale, en su segundo año como profesora en otra universidad, fue expulsada por liarse a patadas con un estudiante. Allí donde la palabra no llega, le suelta un par de hostias al borracho que ha meado en su asiento durante un concierto de Madonna. «No voy a un grupo a quejarme de los hombres». Ella les abre la puta cabeza con una sombrilla.
Paglia no quiere que la traten como a una niña: tiene más de setenta años y está de vuelta de todo; lo que no evita que tenga que soportar los ataques de tuiteras que han leído «Las 20 mejores citas de Simone de Beauvoir» y alguna columna de Barbijaputa, pope del feminismo rancio, trasnochado y acientífico; que bueno, al menos la tienen ahí escribiendo mierda, en vez de en la calle, delinquiendo. Quinceañeras que no sabrían nombrar a cinco escritoras de prestigio. Ellas reparten el carné de feministas.
No busca sobreprotección, ni vivir en un castillo de cristal. «El mundo es aún una jungla. El precio de la libertad de la mujer moderna es la responsabilidad personal de saber cuidarse y defenderse». Camille Paglia es puro «rock 'n' roll».
A partir de ahí, se fue todo al carajo.
Pero tampoco quiero yo quitarle la ilusión a nadie que piense que está formando parte de una revolución femenina, cuando ha nacido en España, en torno al año 2000.
Yo veo que las mujeres se siguen poniendo a parir entre ellas, que sus preferencias sexuales son las de siempre y van a por los tíos de siempre, que siguen dejándose llevar por la presión social y estudiando y vistiendo como dicta su grupo (aunque ahora haya grupos de pelolilas) y que #2 es el mejor trollpaste en mucho tiempo.
