Lleida abre una autovía a ninguna parte
Fomento estrena por sorpresa, y con un año de retraso un tramo de siete kilómetros de la A-14, entre Alguaire y Almenar, sin continuidad ni al norte ni al sur. Los alcaldes de la zona atravesada por la vía se enteraron de la apertura por una nota de prensa.
37 millones de euros para viajar... a ninguna parte. Es lo que ha costado la construcción de este primer tramo de autovía (A-14), en la carretera que va de Lleida a Val d'Aran (N-230), estrenado por sorpresa este fin de semana. Son siete kilómetros de autovía que no ahorran tiempo al viajero ni conducen a ningún sitio. Y, además, para llegar a la nueva vía desdoblada hay que recorrer 2,4 kilómetros, desde la N-230, a la altura de Alguaire, y cuando finaliza esta corta autovía, hay que coger un camino de otros dos kilómetros para conectar con la carretera a la Vall d'Aran que conduce hasta las estaciones de Boí Taüll Resort y Baqueira Beret.
La puesta en marcha de este tramo pone en evidencia, afirman habitantes de esos pueblos del Segrià, la falta de criterio de Fomento a la hora de planificar esta obra. Lo lógico habría sido empezar los trabajos con una conexión desde la autovía de Lleida-Barcelona, a la salida de la primera ciudad, y avanzar en dirección norte. Eso sí que habría ahorrado tiempo y riesgos a los conductores. Pero los responsables del anterior Gobierno optaron por iniciar las obras entre Rosselló y Almenar, lo que ha provocado ahora que el tramo estrenado no tenga continuidad ni en dirección a Vielha, ni en sentido a Lleida.
Y lo que más preocupa ahora a los alcaldes de Alguaire, Almenar, Rosselló y Alfarràs (que son los municipios que tiene que atravesar la A-14 hasta entrar en la comunidad vecina de Aragón) es que no hay calendario de ejecución de las obras de prolongación de ese tramo de autovía, ni por el norte ni por el sur. Así que esos siete kilómetros estrenados este fin de semana van a tener muy poco tráfico, una vez pasen estas primeras horas en las que ese tramo se ha convertido en una atracción para los habitantes de la zona.
La N-230 soporta un tráfico de seis mil vehículos diarios, la mayoría camiones que llevan y traen mercancía de Francia. La construcción de la A-14 (entre Lleida y la población oscense de Soperia) es una obra largamente reclamada, tanto desde Catalunya como desde Aragón.
El malestar entre los alcaldes y vecinos de estos pueblos del Segrià por lo que consideran una "nefasta" planificación del Ministerio de Fomento con esta obra, ha subido un par de grados tras el estreno por sorpresa del tramo entre Alguaire y Almenar, al comprobar que el Gobierno ni tan siquiera ha podido abrir todo el trayecto anunciado en sus previsiones, en las que esa vía llegaba hasta Rosselló. Los tres kilómetros que conectan esta última localidad con Alguaire seguían ayer cerrados al no haberse finalizado aún las obras y al faltar una conexión con la N-230.
Uno de los temores expresados por algunas autoridades de Lleida, como el presidente de la Diputación, Joan Reñé, es que esos siete kilómetros que no llevan a ninguna parte acaben convertidos en un circuito de carreras, según declaraciones recogidas por el diario Segre.
Bien por mi parte solo decir que estoy hasta los huevos de que se gaste el poco dinero que hay en tonterias como estas.
O haces una autovia como es debido o una buena conexion de una carretera principal con una mas secundaria, pero no haces 7km sin sentido en medio de la nada.
Eso si, el de la constructora, amigo del politico de turno, bien contento que estara.