Telita.
Puigdemont es algo parecido a lo que había en el franquismo, pero no un cenetista, socialista, comunista, republicano o liberal exiliado, no; Puigdemont es un reflejo del franquismo, un nacionalista étnico que ha caído en el bando contrario. Es la punta de lanza de la reacción, un personaje que quiere robar la soberanía nacional, un personaje que se refugia con nazis en un Bélgica, un personaje que se ríe de los muertos en una pandemia.
En fin, qué mal gusto que el vicepresidente del Gobierno hable de su país de esta manera, como si este fuese uno donde un valenciano y un catalán no pudiesen convivir independientemente de su cultura regional (construidas ambas con fines políticas, pero bueno).
Puigdemont es posiblemente el mayor problema que ha tenido la democracia liberal española en 40 años. Ni permite volver a la normalidad del pacto, ni permite que las cosas en Cataluña se calmen, etc.
España sera una dictadura, pero habría que ver lo que hubiese hecho alguna que lo pareciese de verdad, como Rusia.