Pelea multitudinaria en un supermercado por la comida caducada
Los contendientes, un grupo de españoles y otro de magrebíes, usaron palos y botellas
Todos estaban esperando lo mismo. Y sabían de antemano que la cosa no iba a terminar bien. El ambiente estaba caldeado, pero acabó incendiándose cuando los empleados del supermercado aparecieron con los carros llenos de comida caducada cuyo destino era los contenedores. Los dos grupos se abalanzaron sobre ellos y, tras un roce, estalló la pelea. Palos, botellas, los puños… Cualquier cosa valía para atacar al contrario. ¿El saldo final? Seis detenidos –cuatro hombres y dos mujeres- y cuatro heridos, uno con una lesión que casi le cuesta la vida, ya que supuestamente le infligieron un corte en el cuello con un cristal.
Este fue el desenlace de una pelea multitudinaria que se produjo la noche del miércoles a las puertas de una gran superficie de Estepona y en la que se vieron implicados dos grupos de personas que se enfrentaron violentamente para quedarse con los productos pasados de fecha que había que tirar.
Fuentes policiales confirmaron que el incidente, que generó cierta alarma entre los presentes por su grado de violencia, se produjo a las puertas de un centro comercial ubicado en la Avenida Litoral.
Una persona que pasaba por el lugar, al ver el inicio de la reyerta, dio aviso a la Policía Nacional, que se vio obligada a desplazar hasta el lugar a varias patrullas para tratar de controlar la situación.
Cuando los agentes llegaron, se toparon con un grupo de personas que se estaba agrediendo con cualquier objeto contundente que tenían a mano.
Una vez lograron desarmarlos, los policías detuvieron a seis de ellos: cuatro hombres y dos mujeres, de los que cuatro tuvieron que recibir asistencia sanitaria al presentar heridas inciso contusas.
Las citadas fuentes explicaron que los arrestados formaban parte dos grupos de personas, uno formado por españoles, y otro por magrebíes, que se habían desplazado al supermercado para hacerse con la comida caducada que se tira a los contenedores.
Al encontrarse en los alrededores del establecimiento, ambos sabían para qué estaban allí, y ya comenzaron los recelos. La situación se tornó en extremadamente violenta cuando tiraron al contenedor los alimentos. Los miembros de ambos grupos comenzaron a pelearse y no dudaron en emplear cualquier cosa para causar el mayor daño posible. De los puños y patadas pasaron a los palos y botellas, que supuestamente utilizaron a modo de arma blanca.
Las fuentes consultadas explicaron que, como consecuencia de la reyerta, uno de los implicados sufrió un corte en el cuello que pudo costarle la vida.
Las seis personas detenidas por su presunta implicación en los hechos fueron trasladadas a dependencias de la Comisaría de Estepona, donde en el día de ayer permanecían a la espera de pasar a disposición judicial.
Entre los arrestados se encontraban dos mujeres, a las que se acusa de riña tumultuaria; mientras que los cuatro hombres, además de este cargo, los acusan de delitos de lesiones.
No es la primera vez que las fuerzas de seguridad deben intervenir por disputas relacionadas con la recogida de comida caducada de los supermercados, aunque no suelen ser tan violentas. Estos alimentos que se recuperan del contenedor, a veces son para consumo propio; pero otras veces son para ser vendidos a un precio muy inferior al de venta y sin garantías sanitarias.
Pues esto pasa en nuestro querido país. Es terrible si quiera pensar que haya gente que tenga que buscar comida caducada y ya no te digo que se tengan que pelear por ella como si esto fuera el medievo. Nuestros políticos nos están fallando, mientras que se están dando de palos con Venezuela aquí la gente pasa hambre y incluso tener que pelearse ya no por comida si no por comida ya caducada, hay que hacer algo y urgente para impedir que pase algo así, que los políticos sean de la formación que sea se centren en que la gente que no tiene los suficiente para vivir pueda vivir y quizás hacerse un hueco en el mercado laboral de una vez, que hay a gente que no es que no quiera trabajar, es que no le dejan incorporarse.