El animé tiene que ser prohibido, vaya que sí. Primero porque está hecho por los japoneses, un país de pedófilos bárbaros que gustan de tener sexo con niños, y, segundo, porque ha convertido a la juventud de hoy en idiotas de la más baja especie.
No es raro que el más imbécil del grupo del salón de clases sea aquél al que le gusta el animé.
Un padre que de verdad quiere a su hijo no sólo le va a prohibir el animé, sino que además le va a dar una buena golpiza para evitar que jamás vuelva a ver en su vida nada relacionado con ello.
Hecho:
El 80% de los jóvenes que ve animé, al pasar los 18 años de edad, se deprimen en algún momento porque piensan que han desperdiciado su vida...
La obsesión ha sido tanta, que algunos no sólo no se conforman con ser unos obsesos animales, sino que, además, convierten su vida en un tributo sostenido al manga... lo que trae como consecuencia que sean unos rechazados sociales porque, obviamente, la gente los reconoce como subnormales.
Lo que es todavía peor: muchos, en el proceso, se han enamorado de la cultura japonesa, y es por ello que abundan zoquetes en edades comprendidas entre 13 y 20 años que piensan que Japón es el paraíso terrestre.
Hecho:
El 50% de los jóvenes que ve animé son tan, tan cabezas de alcornoque que, aún al llegar a la edad de 15, se hacen la idea de que alguien con una katana podría vencer a un oponente que tiene un revólver
No es raro ver tampoco a adolescentes que en algún momento ha tenido fantasías masturbatorias concernientes a personajes del animé: que si Chun-Li, que si Bulma, que si Mei-Ling, que si la guarra mandona de pelo azul en Caballeros del Zodíaco, a la que siempre tratan de matar/secuestrar y/o joder... la locura no tiene límites, y a buena hora ya empezaremos a ver a los jóvenes cargando los televisores desde atrás para follárselos.
Hecho:
El 70% de los jóvenes que ve animé cree que Japón es un paraíso terrenal, y que ahí todo el mundo vive bien
El animé es la forma más degenerada de animación que puede existir, porque, para empezar, los personajes ni siquiera son seres humanos: tienen unos ojos desproporcionados, unas cabezas inmensas, bocas generalmente pequeñas, y la mayoría pesaría, como mucho, 40 kilos si su cuerpo fuese convertido a la realidad.
¿Dónde quedaron los héroes de verdad?
Y además, el detalle más asqueroso del asunto, es que tiende a despertar la vena artística a las personas... por los que muchos se ponen a desperdiciar buenas hojas de papel para tratar de escudriñar a sus propios personajes o peor aún, sus historietas (por lo general plagios descarados de argumentos de RPG’s populares de Squaresoft), y eso sólo prueba qué tan idiotas y mediocres pueden ser los jóvenes de hoy día.
Escriben historias de apenas cinco páginas para “proyectos” que obviamente jamás van a terminar, y lo peor es cuando pretenden que te lo leas sin importarle que te cause náuseas, insomnio o epilepsia.
Está claro que los dibujantes japoneses de cómics son todos unos patéticos bujarras que el sentido del arte lo tienen en el culo, no deben ser considerados artistas de verdad y, por lo tanto, están sobre-evaluados. Aquella persona que haya perfeccionado mucho el estilo del dibujo manga es un perfecto/a imbécil, porque la realidad es que no sabe dibujar de verdad, por la sencilla razón de que si le pides que dibuje otra cosa que no sea su “molde” de personaje femenino y masculino típico animé (como por ejemplo, un señor gordo, o un tipo de edad media) no van a poder hacerlo siquiera medianamente bien.
Lo más patético, por supuesto, es que estas personas piensan que, en esas condiciones, están calificados para hacer un cómic, sin saber dibujar toda clase de personas, armas, vehículos, edificios, casas, interiores, etc.
Hecho:
El 40% de los jóvenes masculinos adeptos al animé posee una peligrosa homosexualidad latente, pues la mayoría de las veces, ellos mismos no saben que lo que más les obsesiona y enamora de un personaje no es el argumento tras de éste, sino su apariencia física. (A ver cuántos seguidores de Sephirot habrían si éste fuera calvo, con bigotes, y de 50 años).
TEST PARA SABER SI ESTAS ENFERMO CON EL ANIMÉ
Paso 1: Observa la foto que aparece abajo por un minuto, fijamente.
Ahora responde al siguiente cuestionario:
a) ¿Te parece bonito, o atractivo el color de sus ojos?
b) ¿Te gustaría acariciar su cabello?
c) ¿Te parece que ese rostro contiene algo de sex-appeal?
d) ¿Te atrae sexualmente?
e) ¿Te apetecería hacerle algo especial, digamos... ponerte su picha en la boca y empezar a chupar?
f) Durante el minuto que viste la imagen, ¿te ocasionó alguna reacción fisiológica? (erección, humedad, palpitaciones)
g) ¿Sientes deseos de masturbarte?
Si respondiste "sí" a alguna de las preguntas anteriores, sal de aquí en este instante, maldito depravado joputa.