Los pensionistas reciben un 74% más de lo que cotizaron, según el Banco de España
El Banco de España ha calculado la rentabilidad anual de las pensiones una vez descontada la inflación: un 3,5% de media. En el acumulado, el jubilado que se retiró en 2017 recibirá, en promedio, un 74% más de lo que puso en contribuciones a la Seguridad Social. O lo que es lo mismo, por cada mil euros que cotizó cobra 1.740 euros. Es decir, los pensionistas están ingresando más de lo que han aportado. Esta rentabilidad de la que disfrutan los pensionistas es muy superior al crecimiento de la economía una vez restada la inflación de los últimos 40 años: un 2,3% anual. El informe publicado este martes servirá como base para la intervención que tendrá el gobernador, Pablo Hernández de Cos, ante el Pacto de Toledo en septiembre y pretende abrir el debate sobre la reforma de las pensiones.
Esta rentabilidad del 3,5% es muy superior a la que brinda el bono a diez años, el activo considerado seguro por excelencia, que ahora mismo ronda el 0,25%. Y las perspectivas son que los tipos, y por tanto las rentabilidades, sigan muy bajas durante mucho tiempo debido al envejecimiento de la población y la baja productividad. “Sustancialmente más bajas que en el promedio de las últimas décadas”, sostiene el Banco de España.
El documento subraya que el crecimiento futuro que se estima para la economía española se situaba antes de la covid-19 en el 1,3%, según distintos organismos. Si las pensiones crecen lo mismo que el producto interior bruto, entonces no hay problema porque el propio crecimiento de la economía lo financia. Incluso permite que los pensionistas en el acumulado ingresen una cantidad mayor que lo que han cotizado. Pero si el PIB avanza a un ritmo más lento, las implicaciones de estas cuentas son devastadoras de cara al futuro: las pensiones tienen una rentabilidad muy superior a lo que crece la economía, y por lo tanto captarán una proporción cada vez mayor de recursos. Además, hay cada vez más pensionistas y cuando se jubile la generación del baby boom se pasará de los 10 millones actuales a 15 millones en 2048. En ese momento, la proporción de recursos que se dedicará a mantener el sistema público tendrá que ser aún mayor.
A día de hoy, las pensiones ya suponen el 31% del gasto de todas las Administraciones y el 45% de los desembolsos de la Administración central. Y esa diferencia entre lo que crece la economía y la rentabilidad del sistema de pensiones hará que acabe siendo insostenible si no hay ajustes que lo remedien. Una suerte de bomba de relojería que hay que desactivar a tiempo. “El cálculo de su rentabilidad es una información útil para calibrar su equilibrio financiero”, sostiene el informe del Banco de España.
El actual mecanismo de reparto supone que los trabajadores de hoy pagan las pensiones de hoy. Si bien podría entenderse que “en la modalidad contributiva funciona como una inversión que aportan los trabajadores para recibir en el futuro un rendimiento acumulado en forma de renta vitalicia”, explica el Banco de España. Con una muestra que abarca el 64% de las altas de jubilación de 2017 y utilizando las medias de esperanza de vida que da el INE, las pensiones brindan un rendimiento medio una vez restada la inflación del 3,5% anual. Los resultados son similares a otros cálculos que habían hecho los economistas Enrique Devesa o Miguel Ángel García.
Ahora bien, el estudio del Banco de España entra más en el detalle porque hay mucha heterogeneidad en función de las carreras y bases de cotización. Las rentabilidades pueden variar desde el 6,31% hasta el 1,7%, dice. El análisis no hace estimaciones sobre las pensiones que están por debajo de la prestación mínima porque no han cotizado lo suficiente y que el Estado cubre por solidaridad con un complemento financiado con impuestos para llegar al mínimo. Estas incluyen a una cuarta parte de los pensionistas.
El cálculo del Banco de España puede hacerse de una forma más simple: si un cotizante entrega casi una cuarta parte de su salario durante casi 40 años, eso equivale a diez años de pensión al recibir el 96% del sueldo. Solo que el pensionista medio cobra ahora durante 21 años. Recibe unos 11 años más de pensión que lo que ha cotizado. Al tener en cuenta lo que ha crecido el PIB en esos años, la brecha solo se reduce de 11 a ocho años.
Por tipos de pensión, las jubilaciones ordinarias generan un rendimiento medio del 4,1%. Las jubilaciones parciales, un 3,9%; las demoradas voluntariamente, un 3,7%, y las anticipadas un 2,8%. En consecuencia, las penalizaciones que se imponen por jubilarse antes disminuyen considerablemente la rentabilidad y no compensa retirarse de forma anticipada. Por otra parte, el incentivo a retrasar la jubilación es muy limitado: en la medida en que se pospone la jubilación más allá de la edad legal, el pensionista con una carrera de cotización larga obtiene una pensión de mayor cuantía por la bonificación que existe, pero lo hace por un periodo más corto y, por consiguiente, la rentabilidad no aumenta. Al contrario, disminuye.
Y lo mismo ocurre cuando se analizan cuántos euros se ingresan por cada euro cotizado. El cotizante medio se lleva 1,74 euros por cada euro puesto en la caja. Pero esta relación varía mucho en función del tipo de jubilación. Las jubilaciones ordinarias perciben 2,03 euros por cada euro contribuido a la Seguridad Social. Es decir, en ese caso la generosidad del sistema duplica las contribuciones realizadas. Las parciales consiguen 1,89 euros por euro. Las demoradas voluntariamente, 1,74 euros. Y las anticipadas, 1,39 euros. Existe por tanto mucha dispersión dependiendo de la clase de pensión, señala el Banco de España. Y apunta que las jubilaciones anticipadas están asociadas a carreras de cotización largas y bases más bajas. Abunda por tanto entre trabajadores con menos formación que llevan muchos años trabajando. A pesar de los desincentivos, estas jubilaciones todavía representan cerca de un 40% de las altas. El estudio se circunscribe al Régimen General y al de Autónomos, y ha empleado información de 7.627 jubilados.
En una presentación en diciembre, el director de Economía del Banco de España, Óscar Arce, destacó que la población mayor de 65 años pasará de representar el 30% de la población actual en edad de trabajar a una horquilla entre el 50% y el 70% en 2050, según las previsiones de la Autoridad Fiscal. Y que las mejoras en la proporción de gente trabajando tendrían un impacto positivo pero relativamente limitado. De ahí que recomendase conjugar la viabilidad financiera con la transparencia y una información clara y detallada.
Esto es lo que pasa cuando te la sudan las políticas de empleo, cuando te la sudan los jóvenes y que se vean obligados a encadenar trabajo temporal precario tras trabajo temporal precario en un entorno laboral hostil hacia ellos (el famoso catch-22 de trabajo y experiencia) y cuando sigues haciendo política a espaldas de la economía.
El futuro está muy, muy negro.