PP y CS impiden dar el nombre de una calle de Leganés a Luis Montes

Meleagant

#60 Nadie ha dicho que "no pase nada por dejar a la posteridad el nombre de un asesino". Ni siquiera me he pronunciado respecto a esa cuestión, de hecho he dicho que me parece un debate válido.

Lo único que te estoy diciendo es que no puedes asumir que votar en contra de quitarle a alguien una calle sea lo mismo que votar a favor de dársela. Es así de sencillo.

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B

#61 Y mi tema de discusión es precisamente ese, la doble vara de medir que existe a lo que ya he comentado. Si este señor es un asesino, también lo son muchos de los que PP y C's se pegan por preservar en la memoria del callejero español. Por mí no se ponen nombre personales a las calles, que son espacios públicos, no fruto de las heroicidades de unos pocos.

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Meleagant

#62 Si quieres puedes razonar por qué para ti es lo mismo no querer quitar un nombre que querer ponerlo. O puedes evitar el debate y encerrarte en tu opinión sin justificarla. Pero no digas que es porque yo me cierro en mis opiniones.

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B

#63 Porque preservar los nombres de estas personas en espacios públicos significa mantener el reconocimiento sobre sus acciones. Históricamente, muchas cosas de aspecto formal mantenían el yugo recio sobre las instituciones, tonterías como tener los crucifijos en una clase de un colegio público, en un estado supuestamente aconfesional. Históricamente sirven como memento, cierto, pero los símbolos tienen el poder de entorpecer el cambio normalizando en la historia las acciones de X individuos o estamentos.

Es como si decimos que por historia una calle que se llama Himmler en Alemania debería mantenerse por una cuestión histórica, cuando lo que sirve es como reconocimiento de las acciones del individuo cuando se ve entremezclada en el mismo contexto con gente como por ejemplo Humboldt. Normalizas ciertas cosas. No quiere decir reescribir el pasado, quiere decir escribir el futuro. Al menos ese es mi punto de vista.

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Meleagant

#64 Efectivamente, el fondo de la cuestión es si consideramos que nombrar una calle en honor a algo o alguien es sinónimo de ensalzamiento.

Creo que todos coincidimos en que poner el nombre sí lo es.

Tu opinión es que no quitarlo, también lo es. Y me parece un punto de vista válido. Pero hay otro punto de vista que considero también válido, y es que dejar ese nombre no significa mantener el reconocimiento, sino permitir que la huella que otros dejaron en una ciudad permanezca como recuerdo de hechos históricos. El franquismo está reciente, pero si te quieres poner en plan revisionista posiblemente tengas que quitar todas las calles existentes, pues el que no fuera un déspota medieval, sería un esclavista o un machista según los estándares actuales.

Como ya digo, me parece un debate válido, pero creo que ambas posiciones tienen parte de razón y por eso no creo que puedas asumir indiscutiblemente que no quitar el nombre a una calle franquista es lo mismo que otorgárselo, y por tanto una doble vara de medir.

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B

#65 Para eso está la Ley de Memoria Histórica.

Precisamente por eso te lo dije, no te iba a convencer de esto. Mi experiencia en el tiempo es que mantener estos nombres no sirve para mantener la huella del horror, sino para banalizarlo. Y precisamente por eso soy más amigo de no poner nombres de particulares, porque así se "dirige" sibilinamente la historia. Cada uno ensalza a los suyos, y se da una impresión de la vida social y de la ciudad que nada corresponde con la realidad, como si esas personas hubiesen sido marqueses que montaron todo lo que había allí.

Un ejemplo que me viene a la cabeza es cuando los miembros de la Escuela de Frankfurt de pensamiento quisieron fundar el Institut für Marxismus. El gobierno lo prohibió porque era "muy provocador" desde su punto de vista (aunque había institutos e instituciones con la palabra Kapitalismus por doquier) . ¿Sabes cuál fue la contraoferta del Estado Alemán? Ponerle el nombre del padre del fundador, o del propio fundador, para honrarlos y que fuesen recordados como los padres de la institución. Es el poder oculto de los nombres, permiten visibilizar e invisibilizar muchas cuestiones.