El Gobierno expulsa a Marruecos a los 116 migrantes que ayer saltaron la valla de Ceuta
La operación, de carácter extraordinario, se basa en un pacto que España y Marruecos firmaron en 1992
La Policía Nacional ha devuelto a Marruecos a los 116 subsaharianos que este miércoles asaltaron la valla de Ceuta, según han confirmado a EL PAÍS fuentes policiales, que destacan la celeridad con la que se ha realizado el operativo. Sólo dos de los migrantes que entraron ayer en España no han sido entregados a las autoridades de Rabat al ser menores de edad. La operación, de carácter extraordinario, está basada en un acuerdo que firmaron en 1992 los entonces ministros del Interior de España y Marruecos, el socialista José Luis Corcuera y Driss Basri, para la readmisión de extranjeros que entraban ilegalmente en España. Con la firma Marruecos se comprometía a readmitir en su territorio, "a petición formal de las autoridades fronterizas" españolas, a los nacionales de terceros países que entren ilegalmente desde su territorio. El acuerdo fijaba un plazo máximo de diez días para que España hiciera efectiva dicha expulsión.
En esta ocasión, el Gobierno español contactó con las autoridades de Rabat para reactivar este mecanismo de devoluciones exprés poco después de que el pasado 26 de julio más de 600 migrantes lograran saltar la valla de Ceuta. Los ministros de Interior y Asuntos Exteriores, Fernando Grande-Marlaska y Josep Borrell, reclamaron entonces a Marruecos recuperar este acuerdo, firmado el 13 febrero de 1992, si se volvía a producir un asalto multitudinario, como ocurrió este miércoles. Rabat aceptó la petición que, hasta ahora, se había mantenido en secreto.
Fuentes del Ministerio del Interior reconocen que lo habitual es que cuando se producen devoluciones, como es el caso de los inmigrantes de origen marroquí, sean con los países de origen, no de procedencia. Sin embargo, este acuerdo sí contempla la posibilidad de que regresen al país de procedencia, pese a que no sean oriundos de allí. “La clave es que han entrado por Marruecos, aunque no sean marroquíes”, recalcan estas fuentes.
Interior asegura que no es la primera vez que se aplica esta medida. “Se ha aplicado más veces, pero pocas”, admiten. Fuentes policiales de Ceuta recuerdan devoluciones anteriores en virtud de este acuerdo, aunque no tan numerosas como estas. De hecho, desde diciembre de 2017 se han producido saltos masivos de entre 300 y hasta 600 personas (como el de finales de julio de 2018) y situaciones de colapso en el CETI, pero no se habían devuelto por esta vía.
“En esta ocasión, ha sido fruto de la buena relación con Marruecos”, aseguran desde Interior. Igualmente, recuerdan que la entrada se ha producido de forma “ilegal y violenta”. “Legalmente es distinto de los que se les recata del mar”, han recordado en Interior. En el caso del auxilio de las pateras media la normativa internacional que establece la obligación de los servicios de salvamento de salvar vidas y llevar a las personas al puerto seguro más cercano.
La aplicación del acuerdo ha supuesto que a los subsaharianos que entraron ayer se les haya realizado “toda la tramitación” de forma exprés. Esto implica que hayan sido trasladados a la comisaría de Ceuta, se les haya hecho la afiliación, “han tenido asistencia letrada y se les ha dado la orden de devolución”, añaden desde el Ministerio para marcar distancias con las polémicas devoluciones en caliente, en las que no se produce ninguna de ambas circunstancias. De momento, la medida se ha aplicado tan solo a los recién llegados este miércoles, aunque en el CETI de la ciudad autónoma aún se mantienen más de 1.000 migrantes que, en su mayoría, también han llegado a Ceuta también por medio de saltos a través de la frontera.
"Esto es brutal". Así ha calificado el activista ceutí Reduan Mohamed las devoluciones que se están viviendo en la ciudad autónoma desde hace unas horas. Mohamed ha denunciado que la inesperada decisión ha provocado que "un montón" de migrantes que estaban en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) hayan huido de las instalaciones ante el temor de verse de nuevo en Marruecos. No ha sabido precisar cuántos son los que se han marchado, aunque según añade "no tienen escapatoria", en relación con su huida por las calles de Ceuta.
Tras el último salto de finales de julio, el CETI había alcanzado una capacidad de 1.200 personas, cuando tiene capacidad para 512, dada la imposibilidad de trasladar a migrantes a los atestados recursos de la península. De hecho, no es la primera vez que el centro ceutí se ve desbordado.
Pues parece que hay un cambio de paradigma. Después del paripé del Aquarius, el partido de Sánchez se ha dado cuenta de la locura que supone seguir introduciendo inmigrantes en un país que ha superado y por mucho su capacidad productiva y que a duras penas sostiene a los españoles. Así que vuelven las devoluciones en caliente. Desde mi punto de vista, un acierto, y por lo que estoy viendo parece que va a ser la nueva tendencia a partir de ahora. ¿Qué opina MV?