Ser atractivo está al alcance de cualquiera. Los feos pueden (podemos) ser atractivos. Cada uno de vosotros sabrá qué baza puede jugar para tirar del hilo. Conocemos nuestras carencias y debilidades y sabemos que las que nos conocen también las saben, pero el resto del mundo -aquellos que no nos conocen- las ignoran. Ahí podemos jugar nosotros con la sartén por el mango, en función de lo que proyectamos.
Pero la atracción es una cosa y después viene la constatación o la decepción.
Si se te acercan a ti porque pareces misterioso o reservado tienes la oportunidad de gustar. Pero si luego descubren que el pastel está vacío se alejarán decepcionadas. Si se te acercan porque eres divertido e ingenioso después puedes decepcionarlas porque sólo eras un tontito ocurrente sin riqueza interior.
Muchas dirán "el carácter" o "la personalidad", que es nada, porque es un concepto muy abstracto, poco concreto. Ser gracioso ocurrente o ser reservado son rasgos de la personalidad. Si luego eres tontito o si luego eres un adicto a deportes que suben la adrenalina también son características de tu personalidad. O si eres más pegajoso con los abracitos o un pasota al que hay que robárselos a cuentagotas. A unas les gustará más una cosa y a otras otra, aunque todas te puedan decir de entrada "que les gustan cariñosos". Luego la cosa varía. He visto chicas cariñosísimas aburrirse de su pareja porque era más afectuoso que ellas.
Empiezo a pensar que el factor determinante aquí es el dinero, la posición económica y por tanto social. ¿Por qué digo esto? El ritmo de vida suele ir parejo al estatus económico. Si eres un currito medio o tienes poco cash tus hobbies serán por lo general acordes a esa pobreza económica. Si eres motero y te gusta ir de ruta se te acercarán las moteras; si eres paracaidista se te acercarán las ídem; si eres un recluso social al que le basta leer libros en casa se te acercarán las raritas con la misma afición que tú. Pero tarde o temprano echarán algo en falta.
Por eso nunca atrae no tener vehículo propio o no tener casa propia cuando empiezas a entrar en la edad adulta. Me pregunto si, al final, detrás de todo el decorado y la palabrería sentimental sólo se esconde una cuestión económica, sin más misterio.
¿Quién prefiere ir a casa del amigo parado a jugar a la Play cuando te invita tu otro amigo a su casoplón con piscina?