La situación de la economía española es cada vez más delicada. La sombra de la intervención nos acecha sigilosamente y no le faltan motivos: el gobierno de Rajoy parece haber perdido el rumbo y navega a la deriva sorteando tempestades con la imprudencia de un novato. No se observa determinación en sus acciones y la incertidumbre que se genera juega peligrosamente en nuestra contra.
Los problemas se suceden uno tras otro y las soluciones no terminan de llegar. La prima de riesgo ya supera los 500 puntos sin ningún tipo de pudor, la debilidad del Banco de España despierta recelos más allá de nuestras fronteras y la crisis de Bankia hunde la confianza en el sistema financiero español.
Necesitamos ayuda europea si queremos evitar el naufragio. Los acontecimientos se precipitan y no parece haber nadie al volante capaz de manejar la situación con firmeza. Una prueba de ello es la situación de Bankia: no se puede anunciar públicamente la nacionalización de una entidad de este calibre y varios días después aún no saber cómo se pagará.
Las instituciones españolas no generan confianza: con un Banco de España probadamente ineficiente, las autonomías rebeldes, la justicia desprestigiada, sanidad sin fondos o educación en pañales no se puede salir públicamente y decir que España no necesita ayuda. Claro que la necesitamos, y rápido.
Como ya señalé en un post anterior, necesitamos un dinero que no tenemos, no podemos fabricar y tampoco nos darán prestado a buen precio. ¿De dónde lo sacamos? Los rescates de Irlanda, Grecia o Portugal han demostrado la ineficiencia de la UE para solventar los problemas de sus países miembros sin generar aún más pobreza y crispación. Tal vez por ello Rajoy no quiera pasar por la piedra, le entiendo.
Sin embargo, podemos jugar la baza del BCE. Este debería intervenir nuestro sistema financiero y evitar la metástasis al resto de la economía, si es que aún queda tiempo. El tiempo se agota y necesitamos medidas urgentes si queremos evitar que el país estalle en mil pedazos. No queremos vivir en un país sin futuro. No queremos vivir en un país abandonado a su suerte.
Bueno, qué os parece, ¿ha perdido el gobierno el control finalmente?, la situación es bastante delicada y creo que hacen faltas medidas más contundentes que las que se aplican en este momento, ahora si que parece un hecho que nos vayan a rescatar, y sin embargo parece que no haya nadie decidido o bien, a dar el paso y pedir el rescate, o a plantar cara realmente a los problemas.