Muy buenas a todos.
Si bien el titular puede parecer un poco exagerado, voy a presentaros las razones por las que pienso que, efectivamente, vivimos en una época que no hace ningún favor a la solidez de la sociedad tal y como la conocemos. Primero, vamos a introducir un concepto que, pese a que todavía es muy nuevo, podréis encontrar algunos artículos en Internet sobre un fenómeno que está sucediendo en las redes sociales, que no es más que un nuevo tipo de polarización social aplicado a las mismas: lás cámaras de eco. Os dejo un ilustrativo gif de Pictoline que lo explica con brevedad:
Supongo que ya se va entendiendo el propósito del hilo, ¿no? Este fenómeno está presente justamente en la que probablemente sea la etapa más convulsa desde la Guerra Fría, con los primeros contramovimientos conservadores frente a la reciente radicalización de la mentalidad progresista, con mayor distanciamiento ideológico entre los distintos colectivos de pensamiento del mundo moderno. La situación sociopolítica en la que nos hallamos, en la cual la radicalización del pensamiento está a la orden del día, el tener herramientas que nos evaden de lo que no queremos ver, nos hace más daño que bien.
Mismamente, en Mediavida, podemos ver una polarización social importante. Si bien antes todos estábamos bastante de acuerdo, y los debates eran más calmados y centrados en los matices que en la esencia misma de los temas a tratar, a día de hoy no se salva ni un solo hilo que trate de la sociedad, economía o política, en el cual no se vea una primera página llena de descalificaciones, acusamientos y demonizaciones frente a la ideología inversa a la del usuario. Socialistas contra liberales, liberales contra socialistas, feministas de 3ª ola contra feministas de 2ª ola, y ambos contra igualitaristas/masculinistas. Conservadores contra progresistas, progresistas contra conservadores... y en apenas un bajísimo porcentaje de estos ajetreos, encontraremos un ápice de lógica, datos objetivos o, lo que es más preocupante, muestras de respeto entre los interlocutores.
Una evasión de la realidad
Estas actitudes no tienen nada que ver con que un colectivo u otro sea malo, y el otro el bueno. Como bien podemos encontrar de forma recurrente en los escritos de los grandes filósofos, cada ser humano se cree parte de lo bueno, y hasta Kant nos había hablado de que, incluso cuando somos nosotros quienes tratamos de escribir las propias leyes de conducta, y nos las saltamos, hallamos cierta excusa para justificar nuestros actos, con el precepto de seguir perteneciendo "a los buenos".
No obstante, el problema que presenta nuestra realidad, es que ahora nos es más difícil que nunca empatizar con la opinión ajena. Antes todos recibíamos las noticias por los mismos medios: unos pocos canales de televisión, unos pocos diarios, las habladurías y rumores del pueblo, conversaciones en el trabajo... mientras que hoy en día, montones de diarios con "líneas editoriales" altamente definidas, y más importantemente, nuestras redes sociales, son nuestro pan de cada día.
Y estas últimas, son nuestra perdición en este asunto. Twitter o Facebook, dos redes sociales ampliamente utilizadas, sirven como medio para enterarse de los sucesos, día a día. Pero tienen dos puntos negativos: primero, que filtran el contenido que nos muestran para que sean acordes a nuestros gustos, y segundo, que usamos sus diferentes funciones para validar nuestra opinión.
¿Acaso alguien en Facebook debate con el fin de aprender de la opinión ajena?
¿Acaso nunca habéis visto a alguien bloquear a otra persona porque no le gustaba lo que ésta decía?
¿No veis habitual que la gente postee comentarios y entradas con el único propósito de ver validada su opinión frente a los demás? (esto sucede en MV con las manitas, vaya).
Conductas como estas, causan una grave ideologización de los individuos: una vez sientes cierta simpatía por una ideología, te centras en ella, sigues a gente que la promulga, y las propias redes sociales te ayudan a, con el tiempo, detestar más a quien no la siguen, a postrarte más ante los dictados de dicha ideología (normalmente sin siquiera cuestionarlos), e incluso a comenzar a evadir toda percepción de la realidad que no se corresponda con la tuya.
Esto no hace más que contribuir a la polarización social, de modo que cada vez existe un distanciamento mayor entre los distintos grupos de pensamiento. Un ejemplo fácil es el feminismo de tercera ola, donde se ha llegado a un punto en el cual un hombre no tiene derecho a debatir el más ínfimo matiz de dicho movimiento. Otro, el intenso odio hacia Podemos por parte de ciertos sectores liberales. Otro, el desprecio del sector izquierdista hacia los económicamente liberales. Podemos encontrar montones de ejemplos de estos que, hace 5 años, no eran ni la mitad de graves de lo que lo son hoy en día; quizá sólo entre unos pocos individuos, pero a día de hoy esto sucede entre enormes masas de la población.
Ya conocido el efecto, ¿cuáles podrían ser las causas subyacentes?
Como bien ilustra la imagen de arriba, y expliqué brevemente en uno de los primeros párrafos, es muy habitual que nos lleguen las noticias a través de las redes sociales. Esto conlleva a que los hechos objetivos que estos medios de noticias tratan de hacernos llegar (aunque normalmente vienen ya marcados por la línea editorial), se pierdan, y reciban una cierta "edulcoración" cuyo sabor depende de la ideología de quien lo comparte. Y claro, no es lo mismo leer unos hechos, que leer una opinión o interpretación de los hechos. Si extrapolamos esto a la problemática social de los influencers (que daría para otro tema), al final nos encontramos con un grueso de la población que ni se cuestiona estas interpretaciones, y las toman como si fueran propias, causando ese tipico efecto que todos conoceréis de "ya está [persona] de [ideología o partido] repitiendo los mantras de siempre".
Ya introducido el problema, ¿qué pensáis sobre esto? Yo personalmente, como usuario de redes sociales, me doy cuenta día a día de este fenómeno y realmente me asusta ver como gente de mi entorno, ya sea de una ideología u otra, trata de hacer apología de la misma durante gran parte de sus aportaciones, pero casi siempre de una forma casi religiosa, dogmática, sin cuestionarse para nada lo que dice su político favorito o siquiera las ideologías que defiende.
Es como si en el mundo actual, todos perteneciésemos a una gigantesca editorial, y tuviéramos que ceñirnos a la "línea editorial", quedándonos sólo con lo bueno de nuestras ideologías, y desechando todo lo que las deja en mal lugar. Me parece tristísimo ver como cada día estamos más polarizados, más ciegos frente a los problemas reales, y por supuesto, cada vez más distanciados y con menos humanidad a la hora de tratar con los demás.
¿Qué opináis sobre este fenómeno? ¿Creéis que esto parará en algún momento, o que seugirá su curso hasta que la sociedad occidental deje de existir tal y como la conocemos?