#69 Es que da la casualidad que los científicos que mencionas son científicos menos en eso, en la religión. Da la sensación de que erigen un muro de intransigencia racional alrededor de la religión y sus creencias, y todo es científico excepto eso.
Ciencia y religión son del todo incompatibles por simple definición. Se contradicen en multitud de ocasiones, y en todos los casos son los hechos los que han tumbado a las creencias. El hecho de que un científico sea religioso tiene que ver con la tradición y su educación, ese proceso por el cual se le dice que no debe dudar de justo esos temas, porque si lo hiciese la cosa se desmonta por sí sola. ¿Por qué ese Dios? ¿Por qué Dios con esa figura y características? ¿Por qué Dios sí y un unicornio imperceptible que solo yo veo no? ¿Por qué Dios sí y la tetera que orbita entre la Tierra y Marte alrededor del sol no? Si Ciencia y Religión no se contradijesen, entonces la Ciencia no valdría para nada, porque admitiría creencias, lo cual va contra su definición.
La religión va reculando a medida que la Ciencia avanza, ya veremos cuándo acaba la cosa.
Y lo mismo digo para los agnósticos. "No puedes saber si existe o no", si yo afirmo algo quien debe demostrarlo soy yo, no el otro, pues si no, todo existe hasta que se demuestre lo contrario, como es el caso de la tetera de Russell, mi unicornio imperceptible o un pene volador que viaja más allá de Plutón. La falsabilidad es un principio básico de la Ciencia, pero hay que saber usarla. No hay evidencias de la existencia de Dios, luego por ahora y por lo que sabemos, no existe.
Si yo sugiriera que entre la Tierra y Marte hay una tetera de porcelana que gira alrededor del Sol en una órbita elíptica, nadie podría refutar mi aseveración, siempre que me cuidara de añadir que la tetera es demasiado pequeña como para ser vista aún por los telescopios más potentes. Pero si yo dijera que, puesto que mi aseveración no puede ser refutada, dudar de ella es de una presuntuosidad intolerable por parte de la razón humana, se pensaría con toda razón que estoy diciendo tonterías. Sin embargo, si la existencia de tal tetera se afirmara en libros antiguos, si se enseñara cada domingo como verdad sagrada, si se instalara en la mente de los niños en la escuela, la vacilación para creer en su existencia sería un signo de excentricidad, y quien dudara merecería la atención de un psiquiatra en un tiempo iluminado, o la del inquisidor en tiempos anteriores.
Bertrand Russell.