#28 Parece que no lo captas. Es obvio que se trata de un suceso terrorífico y que, económicamente y (en mucha menor medida) moral, social y físicamente puede afectar al resto del mundo. A lo que esto no debe dar lugar es a una explotación sistemática del suceso como medio para rellenar telediarios y periódicos, empleando esfuerzos y medios informativos en retratar con pelos y señales todos los aspectos de la tragedia y, por supuesto, haciendo hincapié en las desgracias personales. Esta noche en el telediario 24h de TVE hacían desconexión para pasar a la HNK 24h que básicamente se dedicaba a publicar mini reportajes sobre las tragedias personales de los habitantes de las zonas más afectadas, sin apenas tratar el problema de los reactores nucleares ni indagar en exceso sobre el desplome del Nikkei, que son las cosas que objetivamente más nos afectan.
¿A mí de qué me sirve ver una y otra vez las imágenes de la invasión del agua cinco km tierra adentro y contemplar repetidamente como se mecen los rascacielos como juncos? ¿Qué necesidad tengo de saber si Ikki San ha encontrado a su mujer entre los escombros y los restos de aquel pueblecito marino?
Si se ciñeran a los hechos realmente importantes y se olvidaran del morbo que provoca la desgracias ajenas (que es a lo que juegan nuestros medios de comunicación para implementar la sensación de falso bienestar mediante la repetición y lo pantagruélico del mal ajeno) todo quedaría recortado a una cuarta parte de la energía mediática que se le está brindando a este suceso. Pero claro: ocurre que en un país donde la cosa está bastante mal como es éste y tantos otros, esto no deja de funcionar como una excepcional cortina de humo. Y cuánto más comentemos esto, menos comentamos lo otro y aquello.