Acabo de leer este articulo del diario.es y me ha generado una rabia y un asco a partes iguales. Todavía me hierve la sangre.
El Consejo General del Poder Judicial es el encargado de nombrar a los jueces del tribunal supremo. Consejo que lleva 1 año en funciones a causa del "no gobierno" y durante el cual ha elegido a 47 nuevos cargos (de entre los cuales 12 jueces del TS), cuando su cúpula debería haberse renovado ya en 2018.
Un consejo de jueces que se nombran a dedo por los partidos políticos, que ahora salen a criticar a P.Iglesias por sus declaraciones y al gobierno por el nombramiento de la Fiscal General, cuando la justicia europea les ha pasado la polla por la cara a sus jueces en varios ocasiones en los últimos tiempos.
Un chiringuito del que se ha aprovechado muy bien el PP durante los años de Rajoy para colocar a sus lacayos y así evitar mucha de la mierda que se ha destapado estos últimos años (vivan los aforados!)
Extraeré las mejores perlas del articulo:
Quien tiene la mayoría electoral en el Congreso y en el Senado, tiene la mayoría en el Poder Judicial. Y después esos vocales, nombrados a dedo por los partidos, nombran a dedo a todos los jueces claves de España.
En las primeras décadas, hacía falta una mayoría cualificada en el CGPJ para los nombramientos de los jueces, lo que obligaba a que hubiera más consenso y no consistiera solo en colocar a los afines. Gallardón lo cambió para que bastara con sumar la mayoría simple para aprobar allí el nombramiento de un juez del Supremo o de un puesto similar.
El sector conservador tiene doce votos de 21 en CGPJ, y además su voto en caso de empate vale doble. Lesmes ha tenido mayoría más que de sobra para nombrar a cualquier juez solo con los votos de los vocales propuestos por el PP. Sin negociar con nadie más.
Gallardón también aprobó otra modificación importante para controlar la Justicia aún más: que el voto en el CGPJ para los nombramientos dejara de ser secreto. Ahora ya no lo es. En el CGPJ se vota de viva voz. Y los partidos saben así si los vocales que han propuesto se salen del bloque que les promocionó.
Todo eso, a pesar de que la Constitución también dice que la duración de cada CGPJ es de solo cinco años y ese mandato terminó en diciembre de 2018.
La mayoría conservadora escoge bien a qué jueces coloca en el Supremo. Casi todos tienen unos 55 años. Es una manera de garantizar que estarán mucho tiempo allí, hasta su jubilación.
Los políticos nombran así a muchos de los jueces que se van a encontrar si son juzgados.
Por poner un ejemplo concreto: la decisión sobre la investigación judicial al presidente del PP, Pablo Casado, por su máster regalado la tomaron varios jueces promocionados por la mayoría conservadora en el CGPJ, nombrada por el PP. Si Casado no hubiera sido aforado, el caso habría quedado en un juez de primera instancia.
La misma mayoría conservadora del CGPJ que cree que una juez de evidente cercanía al PP, Concepción Espejel, es la ideal para la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo, la que juzga los casos de corrupción. Es esa jueza condecorada por De Cospedal y que fue apartada del caso Gürtel por sus propios compañeros por su evidente cercanía al PP.
El CGPJ que ahora cuestiona el nombramiento de Dolores Delgado es el que también ascendió a Enrique López al frente de la Sala de Apelaciones de la Audiencia Nacional. Hablamos del mismo Enrique López que Isabel Díaz Ayuso ha nombrado consejero de Justicia de Madrid.
Que maravilla de sistema judicial.