Eran las 3-4 a.m. cuando estaba yo tranquilamente tomando el aire apoyado en la pared de un pub bastante frecuentado aquí en Bilbao, cansado del "musicón" con el que nos estaban deleitando y cabizbajo en ese momento pensando en alguna parida irrelevante ahora mismo. Momento en el cual dos personajes con la cara notablemente manchada (o quizá fuera su tonalidad de piel, no alcancé a discernir en ese momento) se colocaron uno a cada lado mio. Yo en un primer momento pasé de ellos, incluso uno de ellos levantó la mano como queriendo "chocar los 5" rollo colegueo ahí del bueno. Lamentablemente, se ve que tendría algún tipo de problema de percepción, y siguió insistiendo esta vez acompañado por un claro "chogca" (se ve que estaría resfriado) a lo que yo accedi finalmente no sin resignación. Bien, este fue el momento en el que aprovechó para zarandearme hacia un lado y en el cual presumo que su compinche echó mano a mi bolsillo trasero del vaquero (esto lo explico ahora pero no lo noté, claro). Después de esto, salieron andando bastante alegres cosa que me extraño ya que parecía que querían ser mis amigos del alma al principio. Hecho que instintivamente hizo que echara mano al bolsillo y despejar cualquier duda referente a que, en efecto, dos hijos de **** moros me acababan de dar el palo allí mismo.
Una vez comprobado esto, exacerbado, corrí doblando la esquina y comprobando la manzana del pub hasta que avisté 2 siluetas bajando una cuesta que da a otro bar también bastante frecuentado. Una vez fijado el objetivo en la columna de uno de ellos, corrí lo más rápido que el alcohol me permitió hasta que mi rótula impactó, presumiblemente, contra una de sus vértebras. Obviamente, el individuo calló al suelo retorciéndose de dolor, algo de carbón decía (se ve que no se portó bien en navidad) y su amigo se quedó inmóvil en un primer momento, posiblemente porque no esperaría una reacción tan rápida, o bien porque directamente sudaba de su "amigo". Tras romper el hielo, cogí al que estaba en el suelo, le agarré del cuello y amablemente le "susurré" al oido que si era tan amable de devolverme la cartera (o tal vez varie algo esta parte, no recuerdo bien las formas). El ahumado en cuestión dijo que él no había hecho nada, como no, y sospechosamente encontré la cartera tirada a escasos metros de él. La cogí y tras una primera comprobación vi que no estaba ni la pasta ni la documentación (esto no fue así, ya que la documentación sí estaba pero en un tarjetero diferente al que uso y que esta tapado con un forro negro, de ahí que no lo viera) de ahí que mi cabreo fuera en aumento considerablemente y al ver que su amigo echó patas hacia el lado opuesto al pub, corrí detrás de él. Tras esquivar varios coches, árboles (en uno de los cuales peté liretalmente la chaqueta al engancharme con un tronco cortado), y varios energúmenos random que fruto del alcohol debían pensar que aquello de dar el palo a alguien era gracioso, desistí ya que se perdió entre la gente y la falta de luz ayudaba a su faceta ninja.
Después de esto comprobé por segunda vez mientras volvía sobre mis pasos la cartera y sí, esta vez vi que estaba todo excepto la pasta, momento en el que respiré aliviado ya que los putos trámites para renovar la documentación etc. son un infierno. Cuando llegué al pub estaban mis colegas que me preguntaron qué me había pasado al verme la chaqueta petada (yo ni me di cuenta hasta entonces, cabreo aumentando) y les expliqué lo que pasó. Y puta casualidad (se ve que eran becarios) mientras explicaba lo sucedido a mis colegas uno de ellos me preguntó "¡¿No son ellos?!" señalando a un pequeño callejón. Me di la vuelta y mientras notaba que mi culo se abria de gozo (imaginándome un final que nada tendría que ver por desgracia con lo que finalmente sucedería) asentí y corrí que ríete tu de Usain Bolt hacia ellos, esta vez agarrando por los cuellos de la ropa que tenían con una presión comparable al rigor mortis (sin exagerar nada eh) y pregunté unas 5 veces, esta vez por mi dinero. La 6 vez incluso noté que iba a hacer aguas mayores de la tensión y el énfasis con la que lo pedí. Y cuando estabamos a punto de conocernos mejor, aparecieron los héroes, la Ertzainza (municipales aquí), momento en el cual mi culo volvió a su estado de reposo entendiendo que no tendría lugar ningún coloquio con los ahumados como yo había pensado.
La Ertraintza me tomó declaración, preguntó quién fue, dónde, etc. no sin antes dudar de mi percepción y veracidad de lo sucedido (claro, tienen que hacer bien su trabajo) y tras cachearles y meterles mano, les dejaron ir ya que no encontraron nada, probablemente porque lo habrían escondido en los 10 minutos anteriores cuando les perdí la pista. Total, que me quedé con una chaqueta jodida, sin 15 pavos, con unas ganas de jugar al badminton impresinantes y eso sí, con la documentación.
Conclusión: Por lo que a mi respecta, son todos la misma mierda y estoy hasta la polla de ver con qué impunidad campan a sus anchas por las calles sin que se les pueda hacer nada. Así que la próxima vez, si es que la hay, o voy yo o van ellos al hospital y luego ya si eso nos tomamos unos cafes con los munillos contándoles las versiones y tal.