Dedicado a todas las adolescentes y resto de mujeres, para que sepan detectar a tiempo si su actual pareja será, por desgracia, su futuro agresor (o ya lo está siendo ahora)...
“Al comienzo de la relación suelen predominar tácticas coercitivas sutiles: por ejemplo,
- persuadir a la mujer para que abandone relaciones con sus amigos o familiares,
- sugerir que abandone el trabajo o estudios o no dar importancia a los mismos,
- controlar gastos económicos,
- control del tiempo,
- acusaciones de coqueteo o infidelidad, etc.
Poco a poco van añadiéndose descalificaciones, intimidaciones, humillaciones en público, etc. En estas primeras fases, la mujer no suele ser consciente de que lo que le está ocurriendo se relaciona con la gestación de un proceso de maltrato. Además, estas conductas suelen alternar con otras en las que su pareja se muestra amable y solicita y expresa que su comportamiento tiene que ver “con que desea lo mejor para ella”.
El efecto que estas conductas tienen en las mujeres se traduce en una merma progresiva de su autoestima y un aumento de sus sentimientos de inutilidad y culpabilidad por ser incapaz de mantener una relación satisfactoria. Este déficit de autoestima hace que la mujer tenga cada vez más dificultades para detectar que está siendo maltratada y, en el caso de que lo detecte, su inseguridad y sentimientos de incapacidad le harán creer que no es capaz de poner fin a la relación.
Con el tiempo van aumentando las descalificaciones, humillaciones, agresiones verbales y desautorizaciones delante de los hijos y de otras personas del entorno. Puede añadirse rotura de objetos, agresiones a animales de compañía, amenazas y todo tipo de agresiones físicas y sexuales. Las expresiones de arrepentimiento, perdón y “sentimientos de no poder vivir sin ella” provocan aún más desconcierto y confusión en la mujer y le hacen creer en un posible cambio.”[/i]
( autora: Cristina Polo Usaola, www.editor-sa.com )