SOCIAL es LAICOS al revés - Piezas sobre ciencia política, filosofía, comunicación, etc

B

#1620 No sé si me estás citando para apuntillar o para entrar en un diálogo; en cualquier caso, veo que en el fondo compartes la preocupación por la supresión paulatina del latín en la escuela y lo que ello conlleva.

El latín y en menor medida el griego (este último para la formación de palabras técnicas, por ejemplo) son la base de nuestros idiomas y de nuestra civilización, que en un principio fue la cristiandad. Lo llamativo y a su vez problemático en este caso y en este sentido es que sea el sector que dirige la Iglesia Católica quien esté pujando por la propia desaparición. Esto tiene que ver con las pugnas dentro de la iglesia (es posible que este tema acabe causando un cisma con los tradicionalistas; lo que lleva a preguntarse verdaderamente quién conserva la esencia de la iglesia).

"El Papa pone cerco a los tradicionalistas de la Iglesia"
Francisco limita la celebración de las misas según el rito anterior al Concilio Vaticano II y planta cara al sector ultraconservador que las usaba para desacreditar la gran reforma de la Iglesia. (por favor, no hagáis caso a los adjetivos, que la noticia viene de lopais [así como el apoyo al papa -no es coña]).

El papa Francisco ha
sorprendido este viernes con un movimiento de escasa relevancia
práctica, pero de enorme calado doctrinal e ideológico dentro de la
Iglesia. El Pontífice ha limitado con un /motu proprio/ (documento
papal) la celebración de las misas tridentinas (por el Concilio de
Trento), es decir, las oficiadas en el rito antiguo y previo al Concilio
Vaticano II. Hasta ahora las seguían realizando así grupos conservadores
y del sector más ultraderechista de la iglesia, ya que Benedicto XVI así
lo permitió en un documento de 2007 para evitar más fracturas como la
que se había producido con los lefebvrianos, uno de los grandes grupos
tradicionalistas. A partir de ahora deberán pedir permiso a los obispos
para celebrarlas y se autorizarán en casos muy contados.

Como algunos sabréis, Ratzinger valoraba realmente el latín y permitió que se celebrasen misas con el rito antiguo, para cuya celebración hay siglos y siglos de reflexión doctrinal, así como un enorme patrimonio cultural que pasa desde la música al arte, partiendo de la teología, claro.

El Papa ha dado este año un gran paso para poner cerco al ala
tradicionalista de la Iglesia, con la limitación de la celebración de
las misas antiguas en latín, según el rito anterior al Concilio Vaticano
II, que hasta ahora seguían realizando grupos conservadores y del sector
ultraderechista. Este movimiento, con enorme calado doctrinal e
ideológico, ha generado un aluvión de interpelaciones de obispos de todo
el mundo. La semana pasada, en respuesta, el Papa intensificó las
restricciones con un nuevo conjunto de normas prácticas que prohíben
incluso la publicación de los horarios de la misa tridentina en los
boletines parroquiales.

Francisco se ha revuelto contra la idea preestablecida de que los
llamados tradicionalistas son los guardianes de las esencias de la
Iglesia auténtica. Para el Papa, la única forma de custodiar la
tradición pasa por la unidad y él ve en este tipo de ritos antiguos una
amenaza que genera divisiones.

Por lo que tengo entendido, el Concilio II no dijo nada de las misas en latín, esto fue una interpretación justamente posterior que empezó a tomar forma con la redacción de los documentos en italiano. Tuvo mucho que ver el sector modernista.

Lexor
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Hacon

#1622 ¿No ha sido así siempre? No con esos valores de ecologismo, feminismo, inclusión y ¿veganos? Voy a hacer un pequeño paréntesis aquí, porque este último lo veo totalmente fuera de lugar, casi suena más a "Voy a poner una retahíla de cosas progres", porque compro que se promocionen esos tres primeros cánones, pero el de vegano me parece un meme.

Saliendo del paréntesis, me resulta casi gracioso estos discursos de vender como algo novedoso y casi preocupante, algo que no ha cambiado en sí, sino que sólo han cambiado los valores a promocionar. El buen ciudadano ha de encajar en estos cánones, no como venía pasando hasta ahora que era absolutamente libre... siempre que encajara en los cánones dominantes en cada sociedad y momento.

Si tomamos como muestra a USA podemos observar que estos cánones habían sido el de patriota, liberal económico, anti soviético, protestante practicante, heterosexual... No muy diferentes a los occidentales de períodos similares por la fuerza que han tenido para extender su cultura y valores. Si nos vamos a países asiáticos como Japón o Korea del Sur son similares aunque pierden fuerza algunos por otros, como el éxito en los estudios/trabajo, el protocolo, etc.

Es una pena que en lugar de valorar como cambian los valores y cánones de lo que una sociedad considera ser "buen ciudadano" así como sus posibles causas y consecuencias se opte por un manido discurso del miedo sobre lo apocalíptica que es la situación ahora (no como en los good old times) eso sí, con la referencia a la serie popular de turno.

9
Misantropia

El típico berrinche que te da cuando te están ganando las batallas culturales.

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Lexor

#1624 usas presente pero quizás debías usar pasado

1 comentario moderado
B
-OnE-
ReibenN

Igual no es la tónica general del hilo, pero aporto algún párrafo interesante de un libro reciente.

"La psicología popular denota un marco conceptual precientífico, basado en el sentido común, al que todos los eres humanos socializados con normalidad recurren para comprender, predecir, explicar y manipular la conducta de los seres humanos y los animales superiores. Dicho marco incluye conceptos como: creencia, odio, deseo, dolor, placer, amor, odio, gozo, miedo, desconfianza, intención, etc... Encarna, pues, el punto de referencia básico de la naturaleza cognitiva, afectiva e intencional de las personas. Considerado en su conjunto, configura nuestra concepción de lo que es una persona."

Churchland

"Nuestro "nuevo mundo": nosotros debemos darnos cuenta hasta qué punto somos los creadores de nuestros sentimientos de valor, por consiguiente, capaces de poner un sentido en la historia. Esta creencia en la verdad llega en nosotros hasta su última consecuencia: vosotros sabéis cómo suena esta : si, en general, hay algo que adorar es la apariencia la que debe ser adorada; ¡la mentira, y no la verdad, es lo divino!

Nietzsche


"El tan cacareado progreso de la vida es en realidad un movimiento aleatorio que se aleja de unos inicios simples, y no un impulso dirigido hacia complejidad inherentemente ventajosa"

Gould

Con la tesis según la cual "la meta de toda la vida es la muerte" Freud desactiva la metafísica de la voluntad de Nietzsche: la vida que quiere poder es meramente una contracción de lamuerte que quiere la nada. LA voluntad de nada no es un avatar de la voluntad de poder, más bien al contrario, la voluntad de poder es una máscara de la voluntad de nada. Pero esta "nada" no puede ser retroyectado al pasado o proyectada hacia al futuro; la única temporalidad conmensurable con ella es la de la "posterioridad anterior" propia de la muerte física entendida como aquello que atrapa la temporalidad orgánica, pero que esta no puede atrapar .

Así, la repetición impulsada por la muerte no repite a esta última como si fuera una sitaución anterior experimentada por la vida o la conciencia, pues el trauma que impulsa la repetición es precisamente aquello que no puede vivirse o no puede aprehenderse de forma consciente. Aunque el trauma es real, su realidad no puede ser calibrada por la vida del organismo, como tampoco puede ser conmensurada con los recursos de la conciencia.

[...]

Sin embargo, esta huella traumática persiste como una marca permanente e indeleble e inconsciente porque es un testimonio de algo inmanejable para el aparato de filtraje del sistema de percepción-conciencia: una hemorragia de la psique.


Ray Brassier

Para admitir la verdad, el sujeto de la filosofía debe admitir que se encuentra ya muerto y que la filosofía no es ni un medio de afirmación ni una fuente de justificación, sino más bien un órganon de la extinción.

Ray Brassier

Todo del libro Nihil desencadenado de Ray Brassier.

2
ReibenN

https://www.filosofia.org/rev/bas/bas23301.htm

El tributo en la dialéctica
sociedad política / sociedad civil

Ahora bien, como característica esencial del tributo, en cuanto proceso político jurídico, cabría señalar precisamente su formalismo, es decir, la disociación que él presupone entre la forma y la materia del tributo; disociación que no implica separación absoluta pero sí separación determinada (la que se mantiene en una conexión sinecoide o abstracta con la materia determinada por el tributo). Esta disociación se realiza plenamente en los tributos puros (o «por antonomasia»), es decir, en los tributos no contraprestativos («no aplicativos», cabría llamarlos desde una perspectiva funcional) que son aquellos tributos en los que precisamente tiene lugar la desconexión entre la tributación y una contraprestación definida por parte del poder público (la vigente Ley general tributaria española define el impuesto como el tributo exigido sin contraprestación). En los tributos no impositivos (cabría decir, «aplicativos») como las tasas o los llamados tributos especiales, cabría establecer una analogía, en el derecho civil, con los contratos de compraventa, porque tanto en las tasas como en los tributos especiales el contribuyente recibe, a cambio de su tributo, una contraprestación definida, un servicio administrativo (por ejemplo, unas lecciones tras la matrícula en un centro público) o de otro orden (por ejemplo el tributo municipal por el arreglo de la calle). Pero desde la perspectiva de la teoría política (y no desde una teoría estrictamente jurídica) habría que precisar que el impuesto no tiene contrapartida definida y que, por consiguiente, no puede ser invocada la ausencia de contrapartidas definidas como una prueba de deslegitimazión. Esto demuestra que el tributo es antes un concepto análogo que un concepto unívoco, y que el tributo puro o impuesto es su primer analogado. Pero en este primer analogado se nos muestra precisamente la disociación entre la forma del tributo y su materia. El tributo puro crea la obligación, en el súbdito, con abstracción de una contraprestación determinada. Sin duda se supone que los tributos materiales se incorporarán a la capa basal de la sociedad política, pero ello en virtud de unos planes y programas políticos que deberán haber sido establecidos por el poder político, y que teóricamente, en las sociedades democráticas, podrán ser conocidos por los contribuyentes, aunque no tengan acuerdo con ellos (por ejemplo, si pertenecen al partido de la oposición). Pero la materia tributada, tanto en los impuestos directos como en los indirectos, no está vinculada a objetivos definidos (es decir, no cabe considerarla como una aplicación «unívoca a la derecha»).

El tributo crea una obligación formal en el súbdito y por tanto el contribuyente tiene, en el supuesto más favorable, que confiar en que su contribución le será útil (en una sociedad democrática, la oposición retira esta confianza, casi de modo regular, al gobierno). En una sociedad no democrática, la disociación entre la obligación formal y la material del tributo es casi absoluta y es índice de la heteronomía del contribuyente. Circunstancia que podría explicar en el ámbito de la filosofía ética y de la filosofía moral la doctrina del «formalismo kantiano»; pues tal doctrina, que tanta influencia ha tenido en la teoría del Estado de derecho, podría ser interpretada como una extensión a la ley moral de una característica propia de la ley tributaria, cuya obligación deriva, suponemos, de la forma de la ley, pero no de su materia. Kant habría pretendido, sin embargo, que una tal disociación es la garantía de la «autonomía de la conciencia». Suárez interpretó ya esa «obligación formal» de los tributos como obligación moral, una obligación «en conciencia». La función política del tributo es, según lo que precede, tanto o más la que tiene que ver con la forma que la que tiene que ver con la materia. En efecto, en las contribuciones no fiscales (que constituyen una clara refluencia de situaciones prepolíticas, pero no por ello menos actuales o meramente pretéritas) la contribución tiene un funcionalismo eminente de integración social que incluye a veces sumisión, a veces obediencia, a veces cooperación por parte del contribuyente, pero siempre control social por parte del poder. Pero en las contribuciones fiscales el «funcionalismo extrafiscal» es todavía más significativo. El contribuyente es un propietario, según venimos suponiendo; jurídicamente esta condición se recoge a través del concepto del «hecho imponible», cuya realización genera el nacimiento de la obligación de la contribución; [14] el hecho imponible es un hecho indicativo, en efecto, de la capacidad económica del súbdito, y, sobre todo, el hecho imponible de los tributos por antonomasia, los tributos sin contraprestación, es decir, los impuestos (no las tasas, ni siquiera las contribuciones especiales). Esto se aplica también al caso de las contribuciones no fiscales, de las contribuciones representadas por las propias prestaciones u operaciones de los súbditos o sujetos pasivos cuya actividad podría sin duda tener un equivalente económico a través de salarios (y en esto se diferencia la contribución no fiscal del servicio militar tradicional).

Esto viene a desmontar los anuncios institucionales de la AEAT según los cuáles no pagar impuestos implica que no haya escuelas u hospitales.

1
B

Para los que tengáis lo ojos cansados de leer:

2
B

No veas el nivel que se gastan los abuelos:

Marqués de Tamarón, Carmelo López-Arias, Fernando García de Cortázar y Miguel Ayuso

1
B

-Naturalmente, no vendrán.
-No hay por qué sentar un principio -dijo Tarrou.
-Ustedes no han comprendido todavía -observó Rambert alzando los hombros.
-¿Qué?
-La peste.
-¡Ah! -dijo Rieux.
-No, ustedes no han comprendido que su mecanismo es recomenzar.
Rambert fue a un rincón del cuarto y abrió un pequeño gramófono.
-¿Qué disco es ese? Creo que lo conozco.
{...]
-Este disco es absurdo -dijo Rambert-. Y además es la décima vez que lo oigo hoy.
-¿Tanto le gusta?
-No, pero no tengo otro.
Y después de un momento:
-Está visto que la cosa consiste en recomenzar.

Albert Camus, La peste (1947). Edición pocket edhasa. (pp 184-185).

B
2
B
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Fox-ES

#1635 Resumen: Es alemán ergo es malo. Bueno contradiciendo a todos los antropólogos del mundo dice que no es material ergo no es material. Pila de argumentos manidos absurdos de porque Catalunya no puede ser nación, ni tener cultura, ni Estado propio.

Me gustaría decir que trato de ridiculizarlo pero es que no hace falta, tal cual, menciona una pila de nombres y tira para adelante sin dar un argumento.

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B

#1636 pero qué dices xD si no hay consenso sobre el término cultura en antropología. El vídeo se sitúa en filosofía y se señalan las implicaciones políticas que puede tener el uso del término en España. No seas ridículo anda. Si te interesan los argumentos, acude al vídeo o a los libros en lugar de hacer un control damage torticero.

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Fox-ES

#1637 Sí, hay consenso. Literalmente hay toda una rama sobre la misma y desde los 80 se sentaron las bases.
Pues no pongas un vídeo donde no dice nada, si el libro está gratis o me lo pasas le puedo echar un ojo lo que no puedes hacer es pedirme que compre un libro para iniciar un debate porque para empezar bordea las reglas de spam del foro.

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M0E

#1638 Los misiles son cultura.

1 respuesta
B

#1639 Los toros son cultura

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M0E

#1640 Y las máquinas cosechadoras y los tractores, los peajes, etc.

ReibenN

"La otra fuente del prestigio de la cultura no mana exclusivamente de fuentes étnica-nacionales, sino más bien de fuentes "espirituales". Los ministerios de cultura se ocuparán de conservar y promover esta "cultura espiritual", cuyos valores más altos pueden tener nombres como los de Cervantes, Mozart o Velázquez. Pero la razón por la cual Mozart (que Mao devaluó como música burguesa) será puesta en valor no será otra sino la condición cultural de sus sinfonías o de sus conciertos. Como si el valor de la sinfonía 25, pongamos el caso, derivase de su condición cultural, cuando es la cultura la que recibe su valor de albergar en su reino a la sinfonía 25, ¿Acaso la silla eléctrica no es también cultura, y alta cultura civilizada, por cuanto supone un control de la energía eléctrica?"

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B

#322 Un italiano que no se sabe muy bien por qué extendió más las ideas anarquistas en su síntesis, y eso explica en gran parte la recepción que tuvo el anarquismo en España, sobre todo en Cataluña. Este fue un dato interesantísmo del que me enteré hace unos meses. Si tengo un poco de tiempo durante estos días, lo contextualizo más y doy más detalles, aunque es muy posible que algunos usuarios puedan ya desarrollar lo que estoy diciendo.

-OnE-

Han publicado en formato podcast el debate que hubo entre Juan Manuel de Prada y Rallo que había puesto en #1595

2
-OnE-

¿Deberían algunos países dejar de existir?

(por Branko Milanovic)

Trabajar en el ámbito de la desigualdad global hace que te hagas preguntas que nunca te harías de otro modo, simplemente porque no se te ocurrirían. Es como pasar de un mundo bidimensional a uno tridimensional: incluso lo familiar parece de repente inusual.

Tomemos la economía de la convergencia. En la teoría del crecimiento basada en la convergencia, los países más pobres tienden a crecer más rápido que los más ricos porque pueden utilizar todos los conocimientos e innovaciones que los más ricos ya han producido. En pocas palabras, cuando se está en la frontera tecnológica, hay que inventar algo nuevo todo el tiempo y se puede crecer, por ejemplo, al 1 o al 1,5% anual. Pero cuando se está por debajo de la frontera, un país pobre puede copiar a los ricos y crecer a un ritmo más alto. (Por supuesto, los economistas hablan de “convergencia condicional” porque la teoría supone que todos los demás factores, que en realidad difieren entre los países ricos y los pobres, son los mismos.) Sin embargo, hay pruebas de la convergencia condicional en estudios empíricos y, por razones obvias, se considera algo positivo.

Ahora bien, cuando se mira con más detenimiento, uno se da cuenta de que la convergencia se estudia en términos de países, pero en realidad se trata de la convergencia de niveles de vida entre individuos. Decimos que un país más pobre alcanza al más rico porque estamos acostumbrados a observar la economía en términos de Estados-nación, y asumimos implícitamente que no hay movimiento de personas entre países. Pero en realidad la convergencia no es otra cosa que la disminución de la desigualdad de ingresos entre todos los individuos del mundo.

Entonces, ¿cuál es la mejor manera de lograr esa disminución de la desigualdad entre las personas? La teoría económica, el sentido común y los ejercicios de simulación muestran claramente que la mejor manera de lograrlo es permitiendo la libre circulación de personas. Una política de este tipo aumentaría la renta mundial (como debería hacer en principio cualquier movimiento libre de los factores de producción), reduciría la pobreza mundial y la desigualdad mundial. Desde una perspectiva global, es irrelevante que como consecuencia de esto la convergencia entre países se ralentice (como indican algunos resultados recientes para la UE) porque los países, como acabamos de ver, no son las entidades relevantes en la economía global: las entidades relevantes son los individuos y sus niveles de bienestar. Si los ingresos de las personas son más iguales, es totalmente irrelevante que la diferencia entre los ingresos medios de A y B aumente.

Para entender este aspecto, piense en términos familiares como los del Estado-nación: nadie en su sano juicio argumentaría que no se podría autorizar a la población de los Apalaches en EE.UU. a trasladarse a California porque la renta media en los Apalaches podría bajar. De hecho, tanto la renta media de California como la de los Apalaches podrían bajar, y tanto las desigualdades en los Apalaches como en California podrían aumentar, y sin embargo la renta global de EE.UU. aumentaría y la desigualdad de EE.UU. sería menor.

El argumento es idéntico para todo el mundo: un nigeriano altamente cualificado que se traslada a Estados Unidos podría reducir la renta media de Nigeria (y también podría reducir la renta media de Estados Unidos), y además podría hacer que ambas desigualdades aumentaran, y sin embargo el PIB mundial sería mayor y la desigualdad mundial sería menor. En resumen, el mundo sería un lugar mejor. Las objeciones a la migración, a saber, que podría reducir la renta media en los países receptores, planteadas por Paul Collier en su libro Éxodo, son irrelevantes porque el verdadero objeto de nuestro análisis no es el Estado-nación sino el individuo.

Hasta aquí el argumento me parece totalmente incontestable. Pero luego las cosas se complican un poco más. Llevando esta lógica más allá, y utilizando los resultados de la encuesta Gallup que muestran el porcentaje de personas que desean salir de sus países, encontramos que en el caso de una migración global sin obstáculos algunos países podrían perder hasta el 90% de su población. Podrían dejar de existir: todo el mundo, excepto unos pocos miles de personas, se marcharía. Incluso los pocos que se queden en un principio, pronto encontrarían intolerable su vida, sobre todo porque proporcionar bienes públicos a una población muy pequeña puede ser excesivamente caro.

“Bueno, ¿y qué?”, podría preguntarse. Si Chad, Liberia y Mauritania dejan de existir porque todo el mundo quiere irse a Italia y Francia, ¿por qué habría que preocuparse?. La gente ha elegido libremente estar mejor en Italia y Francia, y eso es todo. Pero entonces, cabría preguntarse, ¿la desaparición de países no significaría también la desaparición de culturas, lenguas y religiones distintas? Sí, pero si a la gente no le importan esas culturas, lenguas y religiones, ¿por qué habría que mantenerlas?

Destruir la variedad de tradiciones humanas no resulta gratis, y puedo entender que haya alguien que piense que conservar las lenguas y culturas no es menos importante que mantener la variedad de la flora y la fauna en el mundo, pero me pregunto quién tiene que asumir el coste de eso. ¿Hay que obligar a la gente de Malí a vivir en Malí porque alguien en Londres piensa que se perdería cierta variedad de la existencia humana si todos se mudaran a Londres?

No soy del todo insensible a este argumento, pero creo que sería más honesto decir abiertamente que el coste de mantener este “patrimonio mundial” no lo asumen los que lo defienden en teoría, sino los que están en Malí y no pueden salir.

Hay un claro trade-off entre el mantenimiento de la diversidad de las tradiciones culturales y la libertad de los individuos para hacer lo que quieran. Me alegraría más si no existiera esa disyuntiva, pero existe. Y si tengo que elegir entre las dos cosas, elegiría la libertad humana incluso aunque signifique la pérdida de la tradición. Después de todo, ¿merece la pena conservar las tradiciones que no importan a nadie? El mundo ha perdido a los marcomanos, a los cuados, a los sármatas, a los visigodos, a los alanos, a los vándalos, a los avaros y a miles más. Han desaparecido junto con sus lenguas, culturas y tradiciones. ¿Realmente los echamos de menos hoy en día?

Publicación original (en inglés)

3 3 respuestas
Fox-ES

#1645 Barcelona es un laboratorio viviente, sin acoger a todo Argelia ya está como Argelia.

Y aun querrán engañar a alguien con un fenómeno del que no hay duda por sus huevos morenos cuando de hecho se da de forma contrario. La libertad no genera una mierda lo que genera es la seguridad jurídica.

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Drakea

#1645 >Algunos

Es una reflexión en coordenadas tan idealistas que es prácticamente esotérico. La realidad es que a nivel de individuo, a nadie le importa la desigualdad global, ya ni digamos a nivel de Estado.

Ahora, si nos salimos de la realidad pues claro, que desaparezcan algunos países no, que desaparezcan todos. Sobretodo en las coordenadas donde lo plantea que es tradición vs prosperidad que apenas hay debate, la tradición no da de comer.

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Masada

#1645 Estas fantasías siempre dejan fuera el libre albedrío + movimientos sociales culturales y los sustituyen por algún tipo de buenismo ajeno al mundo exterior. Éste suena a el buen nómada.

1 respuesta
Fox-ES

#1648 El libre albedrío sí que es una fantasia.

H

Entrevista a Vallín a raíz del libro que ha publicado: C3PO en la corte del rey Felipe

https://www.elsaltodiario.com/periodismo/entrevista-pedro-vallin-c3po-corte-rey-felipe

Un extracto que considero relevante:

P: Dentro de la izquierda “a la izquierda del PSOE” nadie se reivindica “izquierdista”, de hecho es algo que se arrojan unos a otros.
R: Yo defino a Podemos como un partido liberal. Es un partido con recetas de socialdemocracia clásica en lo económico, miterrandianas diría, y liberal en términos de derechos políticos: la ley trans, la ley de eutanasia... Es liberalismo clásico. Yo me siento progresista y de izquierdas pero no pertenezco a la tradición marxista. Hay un debate que doy por perdido, yo defiendo que los principios políticos deben estar claros, las recetas son contingentes.

P: ¿A qué te refieres?
R: Me llama la atención de los economistas el hecho de que hayan olvidado prácticamente la filosofía política: hoy nadie se toma las recetas como recetas. Es decir: ¿uno está a favor de nacionalizar empresas? Ni sí ni no: depende de qué empresas, en qué momento y de qué sectores. ¿Fue útil o no fue útil la expropiación de Rumasa? Fue políticamente muy útil porque, después de 43 años, los socialistas volvían a estar en el Gobierno del país e hicieron una cosa que a veces hay que hacer, que es pegarle un tiro a uno para que todos sepan que tienes una pistola. Otro ejemplo, ¿un liberal defendería la expansión del Estado en términos jacobinos? En un periodo ordinario no, pero cuando hay una pandemia, tiene que haber una verticalización del poder para que los Estados actúen. Keynes lo dijo muy bien: “cuando los hechos cambian, yo cambio de opinión, ¿usted qué hace?”. El keynesianismo posterior a la II Guerra Mundial, animado por el esfuerzo de combatir a la URSS propugnando unas sociedades muy prósperas y muy libres, funcionó. ¿Eso significa que en todo caso y en toda condición un Estado debe ser el capitán de la economía? Pues, a lo mejor no. Esta es una de esas cosas en las que, en los debates con marxistas, noto resistencias.

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