#1620 No sé si me estás citando para apuntillar o para entrar en un diálogo; en cualquier caso, veo que en el fondo compartes la preocupación por la supresión paulatina del latín en la escuela y lo que ello conlleva.
El latín y en menor medida el griego (este último para la formación de palabras técnicas, por ejemplo) son la base de nuestros idiomas y de nuestra civilización, que en un principio fue la cristiandad. Lo llamativo y a su vez problemático en este caso y en este sentido es que sea el sector que dirige la Iglesia Católica quien esté pujando por la propia desaparición. Esto tiene que ver con las pugnas dentro de la iglesia (es posible que este tema acabe causando un cisma con los tradicionalistas; lo que lleva a preguntarse verdaderamente quién conserva la esencia de la iglesia).
"El Papa pone cerco a los tradicionalistas de la Iglesia"
Francisco limita la celebración de las misas según el rito anterior al Concilio Vaticano II y planta cara al sector ultraconservador que las usaba para desacreditar la gran reforma de la Iglesia. (por favor, no hagáis caso a los adjetivos, que la noticia viene de lopais [así como el apoyo al papa -no es coña]).
El papa Francisco ha
sorprendido este viernes con un movimiento de escasa relevancia
práctica, pero de enorme calado doctrinal e ideológico dentro de la
Iglesia. El Pontífice ha limitado con un /motu proprio/ (documento
papal) la celebración de las misas tridentinas (por el Concilio de
Trento), es decir, las oficiadas en el rito antiguo y previo al Concilio
Vaticano II. Hasta ahora las seguían realizando así grupos conservadores
y del sector más ultraderechista de la iglesia, ya que Benedicto XVI así
lo permitió en un documento de 2007 para evitar más fracturas como la
que se había producido con los lefebvrianos, uno de los grandes grupos
tradicionalistas. A partir de ahora deberán pedir permiso a los obispos
para celebrarlas y se autorizarán en casos muy contados.
Como algunos sabréis, Ratzinger valoraba realmente el latín y permitió que se celebrasen misas con el rito antiguo, para cuya celebración hay siglos y siglos de reflexión doctrinal, así como un enorme patrimonio cultural que pasa desde la música al arte, partiendo de la teología, claro.
El Papa ha dado este año un gran paso para poner cerco al ala
tradicionalista de la Iglesia, con la limitación de la celebración de
las misas antiguas en latín, según el rito anterior al Concilio Vaticano
II, que hasta ahora seguían realizando grupos conservadores y del sector
ultraderechista. Este movimiento, con enorme calado doctrinal e
ideológico, ha generado un aluvión de interpelaciones de obispos de todo
el mundo. La semana pasada, en respuesta, el Papa intensificó las
restricciones con un nuevo conjunto de normas prácticas que prohíben
incluso la publicación de los horarios de la misa tridentina en los
boletines parroquiales.Francisco se ha revuelto contra la idea preestablecida de que los
llamados tradicionalistas son los guardianes de las esencias de la
Iglesia auténtica. Para el Papa, la única forma de custodiar la
tradición pasa por la unidad y él ve en este tipo de ritos antiguos una
amenaza que genera divisiones.
Por lo que tengo entendido, el Concilio II no dijo nada de las misas en latín, esto fue una interpretación justamente posterior que empezó a tomar forma con la redacción de los documentos en italiano. Tuvo mucho que ver el sector modernista.