#186 Por eso precisamente me encanta escuchar, casi más que hablar. Las personas se describen ellas mismas por el lenguaje y los gestos corporales, para las cosas generales no hace falta ni pregutnar.
Al escuchar a alguien, simplemente por las palabras que usa más, las formas verbales que repite, puedes darte cuenta de cuán segura es, de si tiene una fuerte personalidad, de si es de ideas claras, y eso son menos de 5-10 minutos de conversación para hacer un análisis.
Personalmente me encanta analizar a la gente, hasta el punto de que muchas veces simplemente me baso con lo que he podido observar de alguien para ver si merece la pena entablar conversación o no. En mi caso no juego con la gente como hace #1 porque no le veo ninguna gracia, ya que me gusta rodearme de gente parecida a mi, con lo cual siempre hay tema de conversación y discusión (no tiene gracia alguna ir con gente inferior a ti, que parece que siempre quieren que hables tú y casi nunca dicen nada interesante). Y claro, a veces no tienes más remedio que ir con gente de esta simplemente por puro interés: para saber cómo andan las clases en la uni (a las que vas de vez en cuando), para conseguir esos apuntes que quieres puesto que no pegas chapa, etc. Vamos, para todo aquello que tú pasas de hacer puesto que sabes que tienes a unos cuantos ganados y que lo harán por ti encantados.
Y ligar no es más que un juego, no se trata de enseñar lo que tienes sino de saber venderte, de ser capaz a jugar en su juego mejor de lo que ellas soñarían, de poder ver si ellas te ven como a un posible "polvo" o te ven como a un amigo (actuando de forma diferente en cada caso, claro), y nada más. Mírate en el espejo que tengas en tú casa, y creételo. Si dudas de ti mismo, si te consideras del montón, ellas lo notarán. Si hablas con seguridad, sabiendo qué puntos puedes explotar, las tienes en el bote.
Sobre #1 en especial. Entiendo perfectamente lo que te pasa, un amigo mío es como tú pero con la diferencia de que no juega con las personas, se las liga, se acuesta con ellas y se acabó (además lo suele hacer con chichas mayor que él, por lo que saben de que va el juego... a las tías de 25 años en general no tienes que explicarles qué es un polvo de una noche). El problema es justamente el que tú comentas: que con cada persona con la que se encuentre, con cada situación, es capaz a decir siempre lo que la otra persona quiere oir para estar de acuerdo, por lo que podríamos decir que nunca muestra una personalidad clara, sino que se adapta a lo que la personaldiad del de enfrente demanda. Claro, llega a un punto en el que no tienes ni puta idea de lo que esperas por ti mismo, ya que casi ni te conoces.
En ese caso, lo mejor que puedes hacer es que busques alguien de tu mismo nivel intelectual, un buen amigo/amiga, que haya visto en ti ese cambio de actitud (digo yo que algún colega tendrás que pueda apreciar dichos cambios), y coméntaselo. No hace falta que cuentes la parte más dramática, simplemente lo de que eres capaz a amoldarte a la personalidad de la que te interesa ganarte su confianza, y luego psicoanalízate a ti mismo basándote en la forma en la que te describa tu colega (o que te analice él directamente).
A decir verdad, hace falta mucho estómago para enfrentarte al análisis de un buen colega tuyo, pero a veces sirve muchísimo para conocerse a uno mismo, aunque en la mayoría de los casos sales bastante enfadado por la descripción que hace ese buen amigo tuyo de ti mismo, que luego resulta ser cierta en la mayoría de los casos (repito, si tienes un colega de tu mismo nivel intelectual y de suma confianza, alguien que te respete pero no te idolatre).