#58 Es que esa es una discusión totalmente distinta ya. Demarcar las acciones de un conjunto de Estados para defender algo como los DDHH es algo aparte y que sí me parece que depende de muchas subjetividades y condicionantes. Hay casos donde se podría pensar hacer una intervención, casos donde más bien esto tendrían que ser sanciones internacionales, y casos donde incluso se promoviese una segregación fuerte donde se corte todo tipo de comunicación entre ambos países. Vete a saber. Ahí es eso, depende mucho de qué derechos se vean violados, el por qué, la situación y condición del país, en cuánta medida se estén violando, y si hay oportunidad desde fuera para resolverlo o ayudar a aminorar los daños.
#59 Me estás confundiendo totalmente. No digo que los DDHH sean inherentes en el sentido ontológico; decir algo así sería una barbaridad. A donde intento llegar es a que los DDHH sí se asientan sobre aspectos ontológicos, sobre valores objetivos, de la vida humana. Estos son aquellos que nos permiten vivir (valores primarios en la escala de Bunge), y secundarios, que nos permiten vivir bien (aquí nos referiríamos a valores subjetivos pero con una gran conexión con los valores primarios: derecho a cierta autodeterminación, a vivir con buena salud, etc). Bunge decía que estos valores eran totalmente objetivos, cosa con la que difiero ligeramente y prefiero adoptar la postura de G. Romero, que decía que son más bien ficciones necesarias y útiles que refieren a necesidades biológicas que debemos tener en cuenta para garantizar cohesión social.
Siendo así, los DDHH emanarían de esta axiología como una serie de valores secundarios materialistas que serían las condiciones mínimas y necesarias para que un contractualismo sea estable, y se conforme una moral que sea mínimamente ética. Algo que los viole, no lo sería, por lo que el Estado conformaría morales a las que se la sudaría su eticidad, y violaría la integridad física y psicológica de las personas, vilipendiando finalmente los propios cimientos de dicho Estado.