Hace poco menos de un año tuve la certeza de que era superdotada, lo cual puede parecer extraño, ya que a los 11 años me hicieron, justo al resto de mi curso, las pruebas de inteligencia. Los resultados fueron estos:
Yo ya sabía que era inteligente, muy inteligente, pero hasta ahí. Mis padres no me dijeron nada. Al día siguiente algunas de mis compañeras me contaron que sus padres les habían dicho que yo era superdotada; yo lo negué, en mi cabeza era ser un bicho raro, aún así les pregunté a mis padres y me dijeron que no. Durante un tiempo estuve con la sospecha de que los psicólogos tal vez les habían dicho que no me lo dijeran (yo ya era del equipo del mínimo esfuerzo), pero pasados los años volví a preguntar y me lo volvieron a negar.
En todos los test sacaba un 145 de IQ, pero seguía sin creérmelo. Hasta que empecé a leer sobre rasgos de personalidad que me representaban como si estuvieran hablando de mi vida:
- gran memoria pero rechazo al aprendizaje memorístico.
- desarrollo asíncrono (lecto-escritura temprana, antes de tener desarrollada la motilidad fina, yo cojo el boli como si me lo fueran a robar xD).
- atención a los más mínimos detalles.
- gran capacidad de concentración en los temas que te interesan, hasta el punto de no oír que te están llamando.
- enorme diversidad de intereses.
- alta sensibilidad emocional y sensorial.
- pronunciado sentido de la justicia y empatía. problemas para aceptar las jerarquías, incluso familiares y escolares.
- extraño sentido del humor.
- gusto por lo complejo.
Ahora pienso que si los psicólogos no dijeron nada fue porque era una niña que sacaba buenas notas (aunque fuera sin dar un palo), y que estaba integrada con el resto de la clase, así que pensaron que mejor no meneallo. Y el resto de mi vida siguió ese camino, estupendo cuando lo que hacía era algo que me motivaba, y cuando no pues lo justo para cumplir.
Con todo y con eso, nunca he dado el máximo, por un pensamiento extraño: por un lado sentía que si me volcaba intelectualmente mis resultados serían excelentes (porque ya eran buenos sin darlo todo), por otro tenía miedo a no conseguir lo mejor.
Años después, sé que mi madre se siente frustrada conmigo porque, superdotada o no, mis padres estaban seguros de que yo iba a triunfar gracias a mi inteligencia. Y desde luego no lo he hecho, y aunque estuviera bien, tampoco creo que lo hubiera hecho. Y me pregunto qué habría pasado si hubiese tenido una educación personalizada, y si hay más gente como yo, cuyo talento se queda en un "lo que pudo ser y no fue".