Recientemente no he posteado mucho en este hilo como si pude hacer en años anteriores como:
En el día de hoy, sin embargo, solo vengo a compartir que tras casi seis años de intenso uso de Tinder/Bumble he encontrado finalmente a mi media naranja y a la que espero sea la madre de mis hijos.
Me quedo con mil anécdotas y experiencias vividas, con las decenas y decenas de chicas que he tenido la oportunidad de conocer, desde una islandesa hasta una bielorrusa, desde una granjera a una de las mejores cirujanas del país, pasando por una doble de cine o una asesora de Pedro Sánchez. Citas desde un poblado remoto en el norte noruego hasta en un hotel de cinco estrellas en la costa amalfitana. Chicas que no pasaron de una noche y que vagamente recuerdo y chicas que sé que serán amigas para toda la vida.
Desde folletear en un Mini con nulo espacio de maniobra a folletear en la azotea de un hotel disfrutando de una de las mejores vistas de Barcelona.
He sentido cierta nostalgia al leer esas historietas de arriba y ver como en cierto modo materializan cómo he ido cambiando en estos últimos años.
En resumen, ha sido francamente interesante poder conocer a personas tan variopintas y tan alejadas de mi círculo habitual y creo que eso es lo mejor que dan redes de este tipo, la ampliada exposición a personas que probabilísticamente nunca te ibas a encontrar en tu trabajo o en tu gimnasio.
Evidentemente ha habido también decenas de citas fallidas así como cientos de chats que nunca llegaron a nada, algún susto que ha requerido pastilla del día de después y por suerte ninguna ETS grave ni crónica.
A los que seguís en este mundillo, desearos que sigáis disfrutando de estas experiencias y aconsejaros que no le deis mayor importancia a esas historias que no llegan a nada, vendrán mejores siempre, la vida sigue girando y hay millones de peces en el río.