El Sábado de madrugada estaba apoyado en la húmeda barra de un sucio bar, sólo el sonido de los Rolling sobresalía entre tanta mediocridad. Eran las 5:14 am. Ella me reconoció entre la multitud, me sonrió y se acercó a mi lado... No. Empezaré desde el principio, aunque a ti, no te guste en absoluto la idea.
Hace unos 6 años conocí a una chica. Por aquel entonces yo tenía 19 tristes inviernos. Elena sobrepasaba tímidamente los 15. Empezamos a hablar y a quedar un par de veces sin ninguna pretensión. Ella iba al mismo instituto que yo frecuentaba cuando mi fuerza de voluntad me permitía levantarme de la cama.
Yo le gustaba, lo noté desde la primera vez que nos vimos. No era muy tímida en miradas y sus palabras sólo confirmaban lo que me decian sus ojos.
Mi moral, la cual unos años mas tarde se vería muy mermada, me suplicaba no mirarla de una forma diferente a como se mira a una hermana pequeña. Al fin y al cabo, mi hermano pequeño aparecía en la orla de clase justo a su lado. Mi agobio ante tal situación (la chica me gustaba, pero me sentia mal quedando con ella) y su intención de ir mas allá de la mera amistad provocaron que no nos volviéramos a ver mas... Hasta la madrugada del viernes al sábado 6 años más tarde. Creo que lo dejamos en este punto mas o menos.
Me saludó, me dio dos besos y comenzamos a contarnos cómo había sido nuestra vida durante este tiempo. El grado de alcohol en mi sangre era considerable, no me quedaba un duro y mi boca estaba más seca que la arena del desierto. A veces se creaban silencios durante la conversación, ella se quedaba mirándome a los ojos fijamente, sonriendo, con una expresión en la cara de la que uno tras más de una hora de grata conversación y con copas encima sólo sabe sacar una conclusión como válida, y mas teniendo en cuenta los precedentes.
Tras 4 o 5 silencios misteriosamente cómodos y placenteros le pregunté si podía darle un beso. Mil formas diferentes de hacerlo y sólo tenia fuerzas para hacerlo fácil y cutre, para bien o para mal. Después de soltar semejante frase me acordé del hilo del dentista y la nota cursi a la tia, no me preguntéis por qué.
-NO- Salió de su boca entre media risa y sin cambiar un ápice la sonrisa y su mirada fija hacia mi. Esa expresión en la cara me desconcertaba, contradecía sus palabras, o tal vez yo no me encontraba en situación de analizar nada coherentemente.
Seguimos hablando un rato y me fui a casa a dormir, maldiciendo el momento en el que se me ocurrió la idea de hacer la dichosa pregunta.
Al día siguiente me enteré de que tiene novio desde hace varios años. Un fail más a mi lista de fails.
Segunda parte de la historia (quería que fuera mucho más corta, pero no me ha salido así, lo siento) acontecida hoy lunes y última, ya que no quiero ser pedante y no creo que ocurra mucho más de interés. Corregidas las tildes para #69. Soy de ciencias tío, un poco de comprensión, se me escapa alguna y no reviso mucho lo escrito. Haciendo crítica constructiva ganarías mucho más. Tampoco me pienso ganar la vida con esto. Llevaré más cuidado, te lo prometo
Hoy Lunes me desperté a las 8:15 am como de costumbre. Aún resonaba en la cabeza mi voz ebria pronunciando aquella maldita pregunta. Me sentía como un idiota dispuesto a continuar con su vida como si nada hubiera ocurrido. Al fin y al cabo sólo unos cientos de desconocidos, una chica y yo conocíamos la historia. No hay de qué asustarse, estas cosas pasan, se olvidan y vuelven a ocurrir. Pero en esta ocasión me sentía más dolido que de costumbre, no sabría deciros por qué.
El día transcurrió sin ningún hecho que os pudiera interesar lo más mínimo, lo cual sería perfecto para vosotros al no tener que leer otro trocito de basura, pero no para mi.
Llegué a casa. Mi compañero de piso estaba pedaleando en su bici estática. Yo hacía meses que no me miraba en un espejo. Me senté en mi silla de Ikea y entré en la red social Tuenti para ver si encontraba a un colega de carrera y realizarle alguna consulta sobre fechas de entrega olvidadas.
-"Tiene una petición de amistad"- Una más de tantas personas a las que ni siquiera sueles ver ni cruzas una miserable palabra de texto con ellas, me dije. Pinché en la invitación...
Y ahí estaba ella, me había encontrado entre el enjambre social de gente buscando sexo desesperadamente y me había invitado a ser su amiga. No pude evitar esbozar una irónica sonrisa; Hasta Tuenti se estaba riendo en mi propia cara malmetiendo la palabra amistad y jugando con mis sentimientos cruelmente.
Más tarde llegaron las dudas; ¿Para qué me buscaba?. Tal vez no había caído suficientemente bajo y las mujeres siempre quieren más, ya sea la miel en sus labios o la hiel en boca ajena. Tal vez se sentía culpable y quería suavizar un poco las cosas. Quizá algo en su interior le recordó lo que había sentido por mi... mi orgullo avergonzado no deseaba saber la respuesta, se conformaba con ese simple gesto para aliviar el dolor sufrido durante una borrachera.
Ella estaba conectada. Me habló tomando la iniciativa y charlamos sobre cosas vanales. Ni ella ni yo queríamos comentar el tema que había provocado que estuviéramos hablando. Podía haberle dicho mil cosas. Disculparme por mi descaro o tal vez tantear el terreno para intentar explicarme la razón de que me buscara 48 horas más tarde de mi lamentable actuación. Podía haberme reafirmado en mis palabras y decir que todo lo que dije balbuceando era cierto y que no me arrepiento de nada salvo de no haber sido aún mas osado... Pero no hice nada, hoy no.
Pdt: Pido disculpas por el tocho y el falso estilo literario del hilo, me apetecía escribirlo así, capricho de domingo melancólico supongo. Ahora podeis meter la mierda que os apetezca o subirme un poco la moral diciéndome que ella en el fondo me quiere follar bastoh. Besos para todos/as.