Pero no entiendo como pueden poner puntos en una hemorroide, y si yo voy al wc con lso puntos ahi que pasara? :S joder no me jodais tiene uq ehaber una solucion
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La enfermedad silenciosa: Hemorroides
Son venas hinchadas en el recto o ano. Su tratamiento es, si se recurre al médico lo antes posible, bastante fácil y sin dolor. Se trata de una de las dolencias más frecuentes tanto en hombres como en mujeres. A qué se debe.
¿Qué son las hemorroides?
Son venas hinchadas en el recto o ano. Son dilataciones anormales en las venas del llamado plexo hemorroidal, situado en el canal anal, es decir son unas varices de las venas de esa zona. Las venas hemorroidales se localizan en el borde del ano y por el interior del recto. Se llaman hemorroides externas a aquellas que se dejan ver por fuera del ano, y hemorroides internas a aquellas que se localizan en el interior y no se visualizan.
Las hemorroides internas involucran las venas dentro del recto, y por lo usual no duelen pero pueden sangrar. Algunas veces, una hemorroide interna se puede estirar lo suficiente para que ésta se salga fuera del ano, a lo cual se lo llama hemorroide prolapsada. La misma volverá a invaginarse dentro del recto por su propia cuenta, o la persona la puede empujar de forma cuidadosa hacia adentro.
Las hemorroides externas involucran las venas afuera del ano. Pueden dar comezón o doler y algunas veces se pueden rajar y sangrar. Si se forma un coágulo de sangre la persona puede sentir un abultamiento sensible al tacto en el borde del ano. Se puede ver sangre de color brillante en el papel higiénico o en el inodoro después de mover el estómago.
Se trata de una de las dolencias más frecuentes tanto en hombres como en mujeres. Más de la mitad de la población desarrolla esta afección por lo general pasados los 30 años. Una gran parte de estos pacientes tardan en ir al médico, por temor al tratamiento (aunque esto no es tan así). Cuando más temprano sea el diagnóstico más fácil será la forma de tratar las hemorroides.
Sus causas y tratamiento
Las causas son: predisposición genética, pasar largos periodos de pie o sentados, el embarazo, estreñimiento, una presión venosa excesiva (hipertensión portal en la cirrosis). Cada uno de estos motivos puede ocasionar que los tejidos que aguantan las venas se distiendan. Como consecuencia, las venas se dilatan, sus paredes se afinan y sangran. Si continúa el estiramiento y la presión, las venas debilitadas sobresalen del ano y se ocasiona la procidencia.
Una forma de tratarlas es, primero, previniendo el estreñimiento. Para esto hace falta incluir más fibra en la dieta -frutas frescas, vegetales de hojas y panes y cereales de granos enteros-. Tomar líquidos en abundancia, excepto alcohol (ocho vasos de agua al día es lo ideal). Hacer ejercicio de forma regular. Cuando se tiene la necesidad de defecar no esperar demasiado antes de ir al baño.
Para aliviar el dolor hay que tomar baños de asiento con agua tibia entre tres y cuatro veces por día. Limpiarse el ano después de cada movimiento de estómago dándose golpecitos suaves con una toalla de papel húmeda o con pañitos húmedos (como los que son para bebé). Usar bolsas con hielo para aliviar la hinchazón.
En los casos de dolor persistente y fuerte, el médico puede extirpar el coágulo con una pequeña incisión realizada bajo anestesia local, en plan ambulatorio, lo que produce alivio inmediato. El tratamiento por inyecciones o por coagulación con un aparato de rayos infrarrojos se puede emplear para hemorroides sangrantes que no sobresalen. Ambos tratamientos son indoloros y sin riesgos.
Las hemorroides más importantes requieren un tratamiento específico que se puede realizar en plan ambulatorio. Una pequeña banda elástica se coloca sobre éstas por medio de un instrumento especial impidiendo el aporte de sangre. La hemorroide se deshace al cabo de unos días junto con la banda dejando una pequeña herida que cicatriza sola.
La hemorroidectomía -cirugía para extirpar las hemorroides- es el método mejor para tratarlas de una forma permanente. Es necesaria cuando: se forman coágulos repetidamente en las hemorroides externas; la ligadura falla al tratar las hemorroides internas; no se pueden reducir las hemorroides protuberantes; no se consigue detener la rectorragia por otros métodos; existe asociada una fisura, una fístula, u otras infecciones que requieran cirugía.
Una hemorroidectomía elimina el exceso de tejido que causa la hemorragia y la procidencia. Se realiza con anestesia y por lo general necesita hospitalización y un periodo de inactividad; pero en la actualidad con las nuevas técnicas las molestias son casi inexistentes.