Monereo y Anguita crearán una corriente en Podemos que conecta con Salvini y En Pie
- El salto hacia adelante es tal, que este proyecto se cruza con las políticas sociales del Gobierno italiano y, especialmente, con su capacidad para conectar con "las víctimas de la globalización"
Julio Anguita, Héctor Illueca y Manolo Monereo, diputado este último de Unidos Podemos y padre político de Pablo Iglesias, están ultimando el lanzamiento de un nuevo espacio político en la izquierda española que se desentiende por completo de la tradición de esta corriente ideológica para acompasarse al movimiento tectónico que está recorriendo Europa. Un movimiento fruto de un sentir popular que han sabido capitalizar con éxito populismos de derechas y extrema derecha como los encabezados por Matteo Salvini en Italia o Viktor Orbán en Hungría. El salto hacia adelante es tal que se cruza con las políticas sociales del Gobierno italiano, especialmente su capacidad para conectar con "las víctimas de la globalización", y se mira en el espejo del recién creado movimiento alemán. En Pie, que la mayoría de analistas definen como la versión de izquierdas o tercerista de la xenófoba Alternativa por Alemania (AfD).
El nuevo espacio político dentro de Unidos Podemos se constituirá en forma de asociación, tradicionalmente la antesala de un partido político, y también contará con la participación de destacadas figuras públicas como Jorge Verstrynge. Lo precederá un manifiesto a partir del cual esperan sumar más adhesiones, incluso provenientes de figuras "más a la derecha". Su objetivo, según insisten, es conectar con amplias capas de la población que "están demandando seguridad, orden y protección". Esto es, "los perdedores de la globalización", que rechazarían, según sus tesis, soluciones a sus problemas "con más Europa" como ahora se les ofrece, sino con "otra Europa completamente diferente".
República, federalismo, derechos sociales y, sobre todo, soberanismo son los cuatro pilares ideológicos en los que se sustentará este nuevo proyecto, cuyo recorrido es incierto, pero que no está dejando indiferente a ninguna de las personas de confianza a quienes están trasladando sus intenciones. Además, paradójicamente, no está impulsado por 'outsiders' o nuevas generaciones, sino por veteranos políticos que militaron en la izquierda más ortodoxa, como es el caso de Julio Anguita y Manolo Monereo. Quieren mirar a medio y largo plazo, algo casi incompatible con las dinámicas de la política institucional, y reclaman no solo un giro teórico, sino incluso "repensar a nivel deontológico".
Su diferencia de la Lega de Salvini es la defensa de los derechos humanos y su rechazo a la xenofobia, si bien se apresuran a poner en duda que se equipare el proyecto del ministro del Interior italiano con el fascismo. De hecho, Monereo, Anguita e Illueca ya firmaron un artículo de opinión en 'Cuarto Poder' con el título "¿Fascismo en Italia? Decreto Dignidad". Un texto en el que se aseguraba que "el Gobierno italiano está asumiendo la defensa de las clases populares frente a grupos de presión poderosos e influyentes que controlan los principales medios de comunicación a través de gigantescas inversiones publicitarias".
Su conclusión era que "guste o no guste, el Decreto Dignidad constituye un notable esfuerzo por defender al pueblo italiano contra los señores de las finanzas y de las deslocalizaciones. En política hay que debatir sobre datos y hechos. Juzgar las intenciones es propio de inquisidores y pobres mentes que carecen de argumentos racionales. ¿Fascismo en Italia? Decreto Dignidad". Los principales dirigentes de la corriente Anticapitalistas de Podemos y los sectores multiculturalistas salieron a su encuentro criticando su supuesta intención de "blanquear" a la extrema derecha, además de comprar su discurso y argumentario.
Esta serie de acusaciones en el seno de la propia izquierda —-"proteccionismo", "división de la clase obrera entre nativos y migrantes" o "chovinismo del bienestar"— también las está recibiendo el nuevo movimiento alemán En Pie, impulsado por la diputada del Die Linke (La Izquierda) Sahra Wagenknecht y el histórico Oskar Lafontaine, y que pretende recuperar a los votantes de clase trabajadora seducidos por la xenófoba AfD y también a los del SPD —algunos de sus dirigentes ya han apoyado En Pie—. Su hoja de ruta pasa por convertirse en partido político tras reunir más de 100.000 firmas en pocos días, y presentarse a las elecciones europeas.
En Pie se sumará, precisamente, a la alianza transnacional para las elecciones al Parlamento Europeo que Pablo Iglesias (Podemos), Jean-Luc Mélenchon (France Insoumise) y Catarina Martins (Bloco de Esquerdas) pusieron en marcha con la firma de la denominada 'Declaración de Lisboa'. En esta, se diagnostica que las políticas de austeridad "han condenado a generaciones de jóvenes a la emigración, al desempleo, a la precariedad, a la pobreza", es decir, "han golpeado con especial crudeza a quienes son más vulnerables, a quienes más necesitan la política y el Estado". Un discurso que coincide con el de estos nuevos movimientos, también orientados a combatir las élites financieras y el 'establishment'. "Necesitamos un movimiento popular, soberano, democrático, que defienda las mejores conquistas de nuestras abuelas y nuestros abuelos, de nuestros padres y nuestras madres, y que pueda legar un orden social justo, viable y sostenible a las generaciones venideras", añade la declaración.
Los tiempos que manejan Anguita, Monereo e Illueca son más pausados que los de En Pie, y no se dibuja en su horizonte la carrera electoral. Con todo, sí tratarán de influir en el plano ideológico, renovar los postulados de la izquierda y actuar como una suerte de 'think tank'. El debate está servido y las reacciones que ha generado el primer texto que publicaron —hoy mismo tenían previsto difundir un segundo en la misma línea— dan buena cuenta de ello. Europa está cambiando a pasos acelerados y la izquierda busca salvavidas con estrategias cada vez menos ortodoxas.