Bueno, después de bastante tiempo he conseguido sacar algo de tiempo, así que voy a terminar el último día de visita a esta gran ciudad. Siento el retraso =(
Día 3 - Visita a la ciudad
Nos levantamos algo más tarde que el día anterior, queríamos aprovechar la mañana, pero levantarse tan pronto no es práctico, pues la mayoría de lugares aun están cerrados y el frio es considerable, eso sin mencionar que las calles aun no las han limpiado y es dificil caminar con tanta nieve por la acera.
Decidimos desayunar en el Mall of Sofía, un centro comercial que nos pillaba cerquita del hotel. Como ya he comentado la comida es bastante barata, y el desayuno no iba a ser diferente. Tomamos 3 cafés y 3 bollos por cosa de 12 lev.
Una vez reposado un poquito el desayuno vamos caminando hasta el centro. Una vez allí, decidimos entrar en la Catedral de Sveta Nedelya. Habíamos pasado por delante en numerosas ocasiones, pero nunca habíamos pensado en entrar, así que entramos, total nos pillaba de paso a nuestro destino. E hicimos MUY bien en entrar. Sin duda ha sido una de las cosas que más me han llamado la atención y me han gustado del todo el viaje. Por fuera me recuerda mucho al estilo de la catedral de Alexander Nevski:
Lo siento, no tengo una foto mejor T_T
Por dentro mantiene el estilo bizantino, con iconos y tal, pero es muy llamativa. Tiene mucha luminosidad, cosa que en Alexander Nevski se echa en falta, y las paredes tienen grandes frescos con muchísimos detalles. Me gustó muchísimo. Visita obligadísima.
Una vez que salimos de Sveta Nedelya, vamos camino a la iglesia de San Jorge. Este lugar es muy curioso, pues la pequeña y antigua iglesia se encuentra en el patio del hotel Sheraton. Es una iglesia de ladrillo super chiquitita. No pudimos entrar a verla puesto que estaban en misa, así que decidimos volver más tarde (mentira, luego no fuimos, pero bueno).
De ahí nos dirigimos a la pequeña Sveta Petka. Iglesia con historia cuanto menos curiosa. Se trata de una diminuta iglesia 'subterranea'. Fue construida durante el imperio bizantino, y ésta, al ser cristiana, fue construida en la clandestinidad, por lo que, para no ser descubierta, fue construida bajo tierra. Por este motivo actualmente es necesario bajar a los pasadizos del metro para poder entrar. Es muy chiquitina y tampoco tiene nada especial, pero es una buena visita si te pilla de paso. Decir que este sitio le encontramos totalmente de coña por internet. En los puestos de información y turismo no mencionan nada, y en los mapas apenas hay una breve reseña de su hubicación, pero nada de nada, de cómo se accede.
Una vez visitada la pequeña Sveta Petka, nos dirigimos rumbo a la mezquita, otra vez. Habíamos leído por internet que tenía unos baños y que eran curiosos de visitar, por lo que no dudamos en ir. Al llegar allí, los baños no aparecían por ningún lugar. Supusimos que eran una ruinas pegadas a la mezquita, pero al haber nevado no pudimos distinguir nada. Eso sí, en esa misma plaza descubrimos un edificio, de los tantos que hay dispersos por la ciudad, bastante majete. Era en plan palacete, y molaba un montón, a mi me encantó la fachada. Estaba abandonado y por las traseras se notaba su deterioro, pero molaba igual.
Una vez echas unas cuantas fotos chorra en este lugar, decidimos ir encaminándonos hacia el restaurante donde teníamos pensado comer. Mi hermana es mucho de probar comidas típicas, raras o lo que se le ponga delante, por lo que habíamos buscado un lugar típico de comida búlgara 100%, ya hablaré de él más adelante.
Mientras nos encaminábamos hacia el restaurante, decidimos desviar ligeramente nuestra ruta para pasar por el museo nacional de Ivan Vazov, y menos mal que pasamos!! Éste ha sido el lugar que más me ha gustado de Sofía. Está enfrente de un parquecito y es muy resultón el edificio.
Ya nos encaminamos al famoso restaurante. Tuvimos que callejear bastante, y dimos mil vueltas para encontrarlo, pero mereció la pena. El restaurante en cuestón se llamaba Manasthapka, o algo así, no recuerdo =S Era un restaurante de comida búlgara de monasterio. El sitio era MUY peculiar, la decoración era super rural, y el sitio molaban un montón. Era un chalet, donde había una sala grande de comedor, pero existían salones chiquititos (las habitaciones de la casa) como salones privados. Muy cuco el sitio.
Comimos un montón y bien. Pedimos una ensalada para compartir, a mi no me gustó nada de nada, pero a mis acompañantes sí, así que muy mala no debería de estar.
Cada uno pedimos un plato diferente, para poder probar varias cosillas. Pedimos una especie de carne guisada, un 'algo' con champiñones y carne que la verdad no sabría identificar, y pollo con chili:
De postres también pedimos cosillas variadas, todo muy bueno la verdad:
En fin, terminamos de comer y pedimos la cuenta.. 60 lev, comiendo a capricho en uno de los restaurantes más famosos de Sofía, increible.
Con la barriga llena nos volvemos a poner en camino, esta vez hacia la universidad. Un edificio enorme, precioso. Está bien para dar una vuelta si sobra tiempo, pero tampoco es que sea necesario ir expresamente a verlo.
De ahí subimos un poquito la calle y nos encontramos con la biblioteca nacional. Un edificio más, sin nada especial la verdad. Es un buen paseo para disfrutar de la ciudad en plan tranquilo, pero si sobra tiempo, pues ya son sitios bastante secundarios. Durante este camino nos encontramos con la catedral de Alexander Nevski al fondo, ya se había derretido parte de la nieve de la cúpula, por lo que dejaba ver su verdadero color.
Seguimos dubiendo la calle para ver el monumento a Levki. Para nada es un visita recomendable. Simplemente es un obelisco, bastante feo por cierto, en mitad de una rotanda, sin más. No me gustó nada. Al igual que la ópera, nuestro siguiente destino. Difícil de encontrar y una vez que lo encontramos no era nada de otro mundo, cuando en las guías lo ponen como apoteósico.
Ya aquí se acabó nuestro día. Con calma volvimos andando hasta el hotel (era cruzar toda la ciudad, así que aun quedaba un largo camino). Esa noche ni cenamos, estábamos super llenos de la comida, y estábamos bastante cansados. Tocaba hacer las maletas y dejar todo preparado para la vuelta.
Día 3 - Regreso a Madrid
Nos levantamos pronto, nuestro vuelo salía temprano (sobre las 12 o así). Desyunamos de nuevo en el mall of sofia, y pillamos un taxi ahí mismo.
El aeropuerto de sofia es un desastre, al menos comparado con Barajas. En el control de seguridad no había bandejitas, y el arco pitaba cuando le parecía. Ah! y no había nadie controlando la pantallita del scaner... Luego en la puerta de embarque no te miran nada de las medidas de la maleta. yo iba con muchísimo miedo porque en barajas entró por los pelos, así que con las cosillas que ahbía comprado no quería imaginar, pero nada, nadie miró nada.
En fin, nos montamos en el avión y ya llegamos a Madrid sin problemas.
Un viaje muy aprovechado y sobretodo baratito, en total no me gasté más de 200€ (entre avión+ hotel + comida + regalitos) así que genial!!!