ACTUALIZADO
Como estoy de buen humor últimamente voy a escribir en esta ocasión unos cuantos párrafos en los que trataré de explicar lo mejor posible todo lo que me gusta de esta vida.
Me gusta muchísimo despertarme por la mañana y al ver que es ya la hora de levantarse volverme a dormir mirando hacia el lado contrario del despertador, no sin antes tirarme un buen peo y seguidamente taparme hasta el cuello y aspirar ese profundo aroma. Mmmm que gusto.
Antes comenzar la jornada de trabajo me gusta acercarme al ordenador y mirar como ha avanzado las descargas en el emule que durante toda la noche ha estado descargando como un loco. Y como no, fumarme un cigarrito antes de lavarme la cara y quitarme los kilos de legañas que adornan mis ojos.
Al ir al cuarto de baño, me gusta mear sin levantar la segunda tapa, no se si es por que soy un rebelde o bien por que soy demasiado perro como para doblarme y levantarla.
De vez en cuando me gusta ponerme cerdo a chucherías. Voy al kiosco del paco o bien al que está debajo de mi casa y pulirme cinco euros en cositas licas.
Me gusta muy de vez en cuando, encerrarme en el cuarto de baño y comerme una tableta entera de chocolate Suchard a caraperro. Es algo espectacular, en esos momentos sientes como tienes un poder extraordinario, tu a solas con tu tableta de chocolate. Pero claro, antes de comenzar a comértela, tiene que hablarle para que se sienta segura de si misma. Yo le suelo decir: ¡¡hola!! ¡¿Como estás wapisima?!... ¿Sabes que?... Te voy a comer enterita…
¿A quien no le ha picado tremendamente el culo alguna vez? ¿Pero es muy jodido cuando llevas pantalones vaqueros verdad? Pues os aseguro que no hay nada mejor que llegar al portal de tu casa y meterte la mano por dentro de los pantalones, arañar con el dedo y sentir un tremendo placer al aliviar el picor… ¡¡que rico!!. Posteriormente os recomiendo oler el dedo, es tremendamente excitante.
Otra variante es cuando vienes cagándote desde hace dos horas, cuando por fin llegas a tu casa, entras en tu cuarto de baño, y en mi caso pongo el calefactor, la música y un poco de prensa (lo que más me gusta leer en esos momentos, es el catálogo de juguetes de El Corte inglés). Pues bien como os estaba comentando, me encantar sentarme y que casi sin apretar, que salgan todos los mojones en paz y armonía, como si alguien los hubiese ordenado, para que la expulsión se realizase de forma tranquila. Mmmm ¡¡¡que gusto!!!
Me da un morbazo tremendo las niñas mangas, es decir, minifaldita de cuadritos, un escote de vertigo, dos buenas coletas bien puestas y un chupachus en la boca… ¡¡¡buagggg!! pufffff!!!!... ejem ejem disculpen. (Chavalas de 18 para arriba…)
Me gustan los rituales de cortejo. Me gusta decirle a la hembra: ¡¡hola!! ¡¿Como estás wapisima?!... ¿Sabes que?... Te voy a comer enterita… (mmm es curioso, es lo mismo que le digo a la tableta de chocolate… interesante).
Es impresionante como las viejas costumbres se van perdiendo con el paso de los años. En mi más tierna infancia, a los 10 años más o menos, en el colegio, me gustaba acercarme a la mesa de algún compañero, al que no le tuviese mucho aprecio... o daba igual al ¡¡primero que pillase lejos!! y allí tirarme un buen peo y posteriormente correr para mi sitio. Mientras corría con una sonrisa en la cara, pensando jajajaja ¡ahí lo llevas!.
Me gusta asomarme a la despensa o al frigorífico y comprobar que mis padres han hecho la compra. Se ve todo tan lleno y tan ordenadito, que dan ganas de prepararse un buen bocata (preguntar a worches por los bocatas de alcapone) y comerselo con un buen vaso de Coca-Cola uffff. Por el contrario, es muy jodido ver la despensa vacia y tener que comerte los marcos de las puertas... pero bueno, hay de todo.
[Edit]
- El otro día me pasó algo que sin duda alguna, me encantó y como soy un hombre que lo cuento "todo" sobre mi persona en estos aspectos, pues os voy a comentar.
A la hora de comer me había puesto cerdo cerdo y cuando volvía del instituto sobre las 7 en el autobús, me entró un terrible retortijón, pues bien, creí que sería un peo y que pasarían los retortijones. Me dispuse a realizar una pequeña apretada de vientre, cuando como por arte de magia noto como algo fuera de lo normal estaba pasando. Me notaba un poco más pesado de lo normal, había un ser viviente en mis calzoncillos.
Entonces para asegurarme, disimuladamente introduje un dedo por la rabadilla y toque un poco al dicho ser, para asegurarme que era lo que yo creía.
Cuando saque el dedo, cual sería mi sorpresa que vi un pedazo de dicho ser incrustado en la uña de mi dedo, acompañado además de un poco de su "sangre" la cual hacia imposible ver la piel de dicho dedo.
Como es lógico mis coloretes empezaron a brotar y el nerviosismo se apoderó de mi persona. Tenía que hacer algo, de modo que me dispuse a pensar un plan para escaparme de aquella situación.
El autobús estaba a una o dos manzanas de mi casa, así que me dispuse a apretar el botón para bajarme en la parada más próxima, mientras que a su vez, con mucho disimulo y astucia me limpiaba el dedo en el abrigo de una honorable anciana que estaba sentada delante mía.
El autobús estaba a escasos metros de la parada, así que me levante sin hacer muchos aspavientos, no fuera que mi nuevo amigo se alterase más de lo que por ahora lo había visto. Pase por delante de la señora y me coloque delante de la puerta para disponerme a bajar y como un buen ciudadano le desee a aquella señora las buenas tardes.
Presto me bajé del autobús, pero claro, tenía que decir algo después de bajarme y antes de comenzar a correr como una puta grite; ¡la vieja lleva premio! ¡cogerla ahí!.
Cuando llegue a casa era cuestión de tiempo que tirase la maleta en el suelo y corriese al cuarto de baño no sin antes, preparar los materiales necesarios, los cuales podéis verlos en uno de los apartados superiores.
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Al principio cuando me senté, creí que todo pasaría rápido, un poco de fuerza y todos los mojones saldrían ordenadamente por mi recto. Pero cuando apreté y sentí como un tremendo escozor en mi ano, supe que no iba a ser una tarea fácil.
Poco a poco fui haciendo fuerza como podía y pequeñas gotas de un liquido oscuro, que no se muy bien lo que seria, salían tímidamente. (Personalmente creo que, ya que mi ano se encontraba cerrado por algún tipo de hemorroide y no dejaba paso al mojón primario, lo estaba aplastando, haciendo que solo saliese el juguillo del susodicho).
Seguí apretando con la revista en la mano, la cual, estaba siendo apretada por mis poderosas garras, pero de repente pensé, joder que mal rollo poner la cara que estoy poniendo de esfuerzo para cagar delante de mujeres como Jennifer López, Christina Aguilera etc... (Aunque os diré una cosa, aunque os parezca mentira, ellas también cagan, solo que no podemos imaginarnos a una de estas bellezas sentadas en un mugriento water, plantando un pino).
Seguí apretando hasta que por fin comenzó a salir muy despacio, la punta de un mojoncillo, pero el muy cabrón se resistía, así que pensé, joder si los niños salen muy con el empuja y la respiración honda, pues haré yo lo mismo. De modo, que empecé -empuja manolo!!empuja!!ya falta poco!!vamos!! se le ve la cabeza!!empuja!!-.
Cuando por fin me vacié (tarea que no fue para nada fácil), procedí a limpiarme. Me levante con un dolor de ano, que lo flipas y con unos sudores que me recorrían toda la espalda.
Cuando localice el papel higiénico, me di cuenta que era de ese de los 20 duros, que te dejan el culo como si te lo hubieran perforado 200 negros a la vez. Así que decidí, utilizar mis dedos para realizar la limpieza de mi ano. Con un poco de cuidado, me moje dos dedos, los restregué por el jabón y los introduje en mi culo limpiando así todos los restos de excrementos que allí de habían quedado acumulados. Cuando saque los dedos, después de la primera limpieza, vi que estaban totalmente negros y bueno, no pude evitarlos así que los acerque a mis fosas nasales y... pfff ¡¡que peste!!.
Seguí así hasta que conseguí limpiar por completo mi ano. No me llevó más de 10 min esa operación. Cuando termine me subí los pantalones y mi acerqué al water tímidamente, para echar un vistazo a lo que allí había. Estaba sudando más que antes, mis piernas se tambaleaban y mis manos temblorosas agarraban de nuevo la revista en forma de canuto... (Canuto?? ahhggg! canuuuutoooo...ahhgggg), ejem ejem, quiero decir... me acerque sigilosamente y pegué un pequeño saltito, para sorprender a lo que quiera que hubiese allí y de repente... hostias!! que me cago de nuevo!!, sin mirar a mi enemigo ni leches, me senté de nuevo y expulse algo que estaba formado de 100% liquido. Y es que no me acorde del dicho que dice "Si has cagado antes, no saltes...".
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