La semana pasada la prestigiosa revista Forbes (especializada en el mundo de los negocios y las finanzas) elaboraba un interesante artículo que siembra la duda sobre el interminable desarrollo que está suponiendo uno de los videojuegos más ambiciosos de la historia, el simulador espacial Star Citizen.
El artículo deja constancia de que Star Citizen ha recaudado hasta el día de hoy cerca de 300 millones de dólares gracias a la confianza ciega de miles de jugadores de todo el mundo que se muestran muy ilusionados con la envergadura de un proyecto como este. Sin embargo desde Forbes apuntan una visión mucho más pesimista del proyecto, del que aseguran que ya ha gastado casi todo el dinero recibido y que aún está muy lejos de completar su desarrollo.
Además muchas son las promesas incumplidas hasta el momento, empezando por esos 100 sistemas estelares que desde el estudio Cloud Imperium Games y dirigido por Chris Roberts habían asegurado tener listos y de los cuales aún no ha conseguido ni terminar el primero de ellos. Si a eso se le suma un montón de versiones alfas del juego poco (o nada) pulidas deja clara la incompetencia y mala gestión del desarrollo.
Chris Roberts, director de Star Citizen
Mark Day, uno de los productores de Wing Commander IV y que colaboró en el desarrollo de este juego a través de una compañía subcontratada por el estudio, resume su vivencia dentro del desarrollo y su opinión sobre el director como:
"En mi opinión, se le ha ido de las manos. [Sobre los malos hábitos de Chris] Siempre con promesas constantes [...] 'ahora podemos hacer esto, ahora podemos hacer lo otro'. Me quedé escandalizado."
Pese a que Roberts asegura tener claro su plan para cumplir los objetivos, lo cierto es que los números comienzan a ser preocupantes. El proyecto (que llegó a recaudar la friolera de 288 millones de dólares entre campañas de crowdfunding y dinero obtenido de la venta de naves y otros objetos para el juego), ha ido dilapidando cantidades ingentes de dinero sin rumbo claro, hasta el punto de que en 2017 solo quedaban 14 millones en la cuenta del estudio, obligándoles de nuevo a intentar obtener más inversión para mantener a los 537 empleados trabajando en el proyecto.
Forbes apunta además otras decisiones económicas cuanto menos cuestionables como los 46 millones de dólares que el millonario sudafricano Clive Calder invirtió en el juego y que fueron destinados únicamente al marketing del mismo. El punto actual hace que la única prioridad del estudio sea la de garantizar la entrada de dinero constante, y por ello están teniendo tanto peso en el desarrollo esos packs de naves por valor de 27.000 dólares y otros inventos similares.
Star Citizen sigue actualizándose día a día, pero el artículo de Forbes pone encima de la mesa la duda que el juego pueda llegar a estar terminado en un futuro lejano, y pinta un panorama preocupante no solo para el proyecto sino y sobre todo para toda la gente que ha invertido el dinero con la esperanza de obtener algo que, quizás, no salga jamás.