Hola, a raíz de un artículo del país sobre la canción Money for nothing de Dire Straits y algunas discusiones que he tenido con algunas personas, que sugieren que el rock setentero tiene letras muy machistas, me ha surgido esta duda que creo, da para debate: ¿Es lícito/aceptable asumir que hay letras de canciones que claramente atentan contra determinadas sensibilidades que hoy tenemos en primera plana, pero que hace 40/50/60 años ni se planteaba, y cambiarlas/censurarlas hoy día? El artículo es este:
[b]‘Money for nothing’: ¿a quién está dirigida la controvertida canción con la que Dire Straits se autocensuraron?[/b]
El clásico del grupo de Mark Knopfler está a punto de cumplir 35 años. Su letra sigue causando tanta intriga hoy como en 1985:
“Mira a ese pequeño maricón con su pendiente y su maquillaje / Sí, tío, ese pelo es suyo / Ese pequeño maricón tiene su propio avión privado / Ese pequeño maricón es un millonario” (en inglés, del texto original: "See the little faggot with the earring and the makeup? / Yeah buddy, that's his own hair / That little faggot got his own jet airplane / That little faggot, he's a millionaire"). Lo canta Mark Knopfler en la segunda estrofa de Money for nothing, una de las canciones más famosas de Dire Straits incluida en su disco Brothers in arms (1985) y su único número uno en Estados Unidos. En Spotify, en concreto, es su tercer tema más popular y acumula más de 156 millones de reproducciones. En YouTube está a punto de alcanzar los ochenta millones.
El tema se lanzó en 1985 y casi 35 años después sigue creando una controversia que no es nueva: ya en la fecha de su publicación, según contó Knopfler en una entrevista a Rolling Stone, “el editor de una revista gay de Londres dijo que le parecía un golpe bajo”. Todo se debe a la presencia de la palabra faggot repetida tres veces en su letra.
Mark Knopfler (Glasgow, Escocia, 1949) pasó a explicar en la entrevista que “el personaje que canta en Money for nothing es un verdadero ignorante, de cabeza dura, alguien que lo ve todo en términos financieros”. Money for nothing, que cuenta con la colaboración de Sting, narra la historia del trabajador de una tienda de electrodomésticos que mira con envidia a las estrellas del rock que aparecen en las televisiones del establecimiento, que emiten insistentemente la señal de MTV. La inspiración vino de una situación real: Knopfler la vivió en una tienda en 1984 y notó que ese hombre, ese hombre que cargaba con cajas que miraba como amargura a la televisión, sentía que estaba haciendo un trabajo de verdad mientras que esas estrellas del rock estaban ganando, como indica la canción, dinero por nada.
Desde ese punto de vista, el “maricón” está expresado por un personaje ficticio, no reflejando ideas de Knopfler y Sting (coautores de la canción). Y comprenderlo ya nos sitúa en un plano complicado: implica entender que un artista puede escribir y cantar una canción poniéndose en la piel de otra persona. En este caso de un faltón, de un tipo con un puntito homófobo, que cree que un rockero con pelo largo, pendientes y maquillaje (la lista de leyendas musicales que responden a esta descripción sería eterna) es un “maricón”.
En 2011 se propagó la noticia (falsa) de que la CBSC (siglas del Consejo Canadiense de Normas de Radiodifusión) había prohibido la canción. Por supuesto, muchos admiradores de Dire Straits se ofendieron y hablaron de censura. En realidad, la CBSC había pedido que las radios emitiesen una versión editada en la que no se escuchaba la palabra “maricón”. En algunas de ellas se escuchaba “mother” (a esta versión volveremos en breve), en otras directamente se eliminaba esa estrofa del tema. Los propios Dire Straits, en algunos recopilatorios como Sultans of swing: the very best of Dire Straits (de 1998) optaron por incluir una versión editada donde esa estrofa ya no estaba. No era una obligación: algunas radios siguieron emitiendo la original.
La polémica recuerda inevitablemente a la de la “mariconez” de Mecano. En Quédate en Madrid, aquella canción de 1988, Ana Torroja se ponía en la piel de un hombre que intenta cerrar sus emociones, al que el amor le parece una cosa menor y cursi y los cariñitos, efectivamente, una “mariconez”. En la última edición de Operación Triunfo los concursantes Miki y María tuvieron que cantar este tema y durante los ensayos, al llegar a la estrofa donde Ana Torroja cantaba esa palabra, sugirieron sustituirla por “gilipollez”. Y se armó la monumental: puristas que defendieron la integridad artística de un compositor (José María Cano) contra millennials que sugirieron que un término que podía ser menos ofensivo en 1986 que hoy (porque correcto no fue nunca) podía cambiarse sin desvirtuar la canción.
José María Cano no permitió que se cambiase la letra en Operación triunfo aludiendo a su integridad artística (mientras tanto, en un anuncio emitido a todas horas de televisión se cantaba “Hoy no me puedo levantar / la maldita gripe me sentó fatal” para anunciar una famosa marca de antigripales). Knopfler, al parecer, sí ha comprendido que, pese a que ese “maricón” tenga una justificación (es un personaje detestable y gris el que narra la canción), es también un término que durante décadas (ya en 1985) ha sido utilizado para perpetuar el odio y la intolerancia. Y que sustituirlo no cambiaba el sentido de la canción y tampoco el ritmo interno de la frase ni de la estrofa.
Como respuesta, ha habido un baile de términos en esa canción siempre que la banda (o Knopfler solo) la ha interpretado en directo. En una actuación en el Live Aid de 1985 en Reino Unido la cambiaron por queenie (algo así como reinona, fue peor el remedio que la enfermedad) y en la actualidad, como en este concierto de Knopfler este mismo año en Milán, dicen sencillamente mother (una forma de resumida de motherfucker, que podía traducirse como “hijo de puta”).
Por cierto, no fueron pocos los artistas que se dieron por aludidos y pensaron que ese “pequeño maricón con su pendiente y su maquillaje” eran ellos. Uno de los que se pronunció públicamente al respecto fue Nikki Sixx, que afirmó en una sesión de preguntas y respuestas con sus fans en la revista musical Blender que la canción era sobre la banda en la que él es bajista y compositor, Mötley Crüe. Si es así, Nikki puede decir que los Dire Straits le han llamado literalmente de todo (“maricón”, “reinona” e “hijo de puta”) y no se quedará corto.
Algunos otros ejemplos de canciones que hoy día no verían la luz por sus letras podrían ser:
Fuente del artículo: https://elpais.com/elpais/2019/11/14/icon/1573743247_733859.html
Entiendo que una canción hecha hoy día no debe decir ciertas cosas que hiera la sensibilidad de grupos de personas a los que hoy se les tiene más presentes (gays, mujeres, etc.), pero sinceramente, no le veo el sentido a revisar cuestiones de hace 50 años o más y añadirles la carga moral de hoy día. Convoco al experto en Dire Straits @sephirox para que nos ilustre también. Por cierto, intentemos evitar que este hilo se convierta en el enésimo debate entre el feminismo es el mal vs el feminismo es la salvación.