Casi la mitad de las/os empleados públicos consumen prácticamente a diario ansiolíticos, antidepresivos o somníferos.
En este sentido, los psicofármacos más consumidos son: ansiolíticos e hipnosedantes (71% de los que reconoce su uso), antidepresivos (12%) y otras sustancias (17%).
El 60% reconoce que necesita ayuda psicológica, pero solo la consigue un 38% y en la mayoría de los casos por la sanidad privada.
En concreto, los motivos más mencionados para este consumo son un exceso de la carga de trabajo, falta de desconexión digital, deficiente calidad de liderazgo, falta de apoyo, conflictos entre compañeros y estrés laboral.
El perfil mayoritario es una mujer entre 35 y 65 años trabajadora de la sanidad pública o un centro educativo.