Sobre todo, si sois inocentes.
Es algo que mucha gente aún no entiende, pero que es necesario, pues a veces creemos que podemos defendernos por nosotros mismos con un testimonio veraz y llamativo de cara a nuestra integridad y no siempre un testimonio humilde juega buenas cartas en un juicio.
Quien debe entrar en juego y garantizar una buena resolución judicial es tu abogado, que es experto en la temática.
Tú no lo eres, y puedes cometer un error garrafal de ciertos calibres a la hora de confesarte, aún no habiendo hecho nada malo.
Dejad que los profesionales hablen por vosotros, guardad silencio y todo saldrá bien. No digáis ni una sola palabra y no le deis el placer a la policía de redactar vuestro desliz. Puede que él se equivoque o puede que tú lo hagas con la mejor de las intenciones.
De hecho, no siempre lo que nos parece lo correcto a la hora de confesar es lo adecuado. Y si no disponéis de una economía acorde a los gastos, siempre podéis solicitar un abogado de oficio que, a lo sumo, tardará 40 minutos en presentarse
Eso es todo. Un beso y sed felices.