Una empleada destroza una obra de Martin Kippenberger expuesta en el museo de Dortmund al creer que estaba sucia.
La maravillosa obra mancillada por la cruel limpiadora
La destrucción de la obra del Museo de Ostwall recuerda un caso muy parecido ocurrido en 1986 en la Academia de las Artes de Düsseldorf, donde una mujer hizo desaparecer del techo de una sala la famosa 'Mancha de grasa' de Joseph Beuys.
'Cuando empieza a gotear desde el techo', del artista Martin Kippenberger, era uno de los orgullos del museo Ostwall de Dortmund. Primero, porque la pieza, una torre de planchas de madera en cuya base se encuentra un recipiente de goma cubierto con una mancha de cal, era una de obras más cotizadas de la institución; y luego porque su creador fue uno de los pocos hijos ilustres de la ciudad.
Desde ayer, la leyenda de Kippenberger, que murió en 1997, ha quedado enriquecida por un suceso insólito que trae de cabeza al director del Museo, a la empresa de limpieza y a una compañía de seguros.
En la soledad de su trabajo, una mujer de la limpieza se esmeró con una pasión poco común para borrar una mancha que deslucía la famosa obra del artista. La trabajadora, ayudada con detergentes y cepillos, eliminó la mancha de cal, un error que condenará la obra de Kieppenhauer, asegurada en 800.000 euros, a la basura. El Museo Ostwall tiene normas rígidas para los empleados de la limpieza. Por ejemplo, deben respetar una distancia de 20 centímetros entre ellos y las obras de arte. ¿Conocía estas reglas la protagonista de la noticia? Nadie lo sabe, pero el incidente marca un nuevo episodio en la polémica memoria del artista, calificado de cínico y provocador.
No hace mucho, otra obra suya tuvo el privilegio de provocar una protesta formal del Vaticano y el despido de la directora del Museo de arte de Bolzano, en Italia. El museo había decidido exhibir una obra del artista que mostraba una rana de madera crucificada. Aunque el artista había expresado que con su obra quería representar la angustia humana, el Vaticano consideró que hería los sentimientos de mucha gente que ve en la cruz «el símbolo del amor a Dios».
La destrucción de la obra del Museo de Ostwall recuerda un caso muy parecido ocurrido en 1986 en la Academia de las Artes de Düsseldorf, donde una mujer hizo desaparecer del techo de una sala la famosa 'Mancha de grasa' de Joseph Beuys. El error fue compensado con el pago de 40.000 marcos, unos 20.000 euros. El perfeccionismo tiene a veces consecuencias insospechadas.
La instalación destruida por la mujer de la limpieza no era polémica, pero ahora pasará a engrosar una pequeña lista que agrupa a personas que, en su afán por hacer su trabajo a la perfección, cometieron el pecado de arruinar obras de arte que no lo parecen tanto.
En ocasiones trabajar más de lo necesario no se recompensa. Tremenda bronca se ha llevado la mujer por no reconocer lo que se supone que es una obra de arte aka palés llenos de mierda, para la mayoría.