#184 Precisamente a mí me fue bastante mal al principio con la elección de estudios. Muchísimo esfuerzo, soportar un nivel de elitismo por parte del profesorado en el que se creían dioses intelectualmente hablando cuando rondaban el autismo por su nula capacidad de empatía, y pasarme tanto tiempo encerrado entre 4 paredes estudiando que tenía los niveles de vitamina D en sangre casi a 0. Todo para luego inflarme a tirar CVs y que no consiguiera un trabajo en condiciones más allá de ETT y sus condiciones pésimas. Otros amigos yendo más allá y sacándose el doctorado más de lo mismo, encadenando becas pésimas de la universidad hasta que se acababa el presupuesto y los largaban.
Cambié de sector y la diferencia es enorme. ¿Las cosas me fueron rodadas "desde el exterior"? Bien podría haber seguido erre que erre intentando conseguir un trabajo STEM decente y chocándome contra el muro una y otra vez, como sé de más de uno que ahí siguen, siendo eternos estudiantes y trabajando de lo que pueden mientras tanto. Decidí invertir mis ahorros en cambiar de rumbo y aquí estoy.
Que sí, que es una pena que haya carreras que son muy duras y luego paguen un salario cercano al SMI con malas condiciones, pero la vida no se acaba ahí y se puede cambiar de sector para buscar oportunidades mejores. Es una mierda que esfuerzo no equivalga a recompensa si no apuntas bien, y parte de la culpa la tiene el sistema educativo que no te enseña a investigar el mercado laboral antes de comprometerte durante años a estudiar una titulación avanzada.
Ahora bien, conozco a gente que llora muchísimo sobre su trabajo o salario y no cambian porque no les da la gana, bien sea porque no quieren salir de la zona de comfort cambiando de trabajo o les da una pereza tremenda estudiar. ¿Debemos compadecernos también de ellos? Ojo, no hablo de que estén en una situación que haga imposible este cambio, como es cuidar de alguien dependiente, sino que podrían compaginar estudios y trabajo e incluso pedirse una excedencia y vivir de ahorros mientras dan el cambio y no lo hacen, por mucho que se quejen.