Tras echarle un ojo rápido al hilo de la repugnante nueva ley del aborto, he vuelto a ver una de las cosas que más he odiado jamás ver en las palabras de otra persona: "es mi idea y has de respetarla".
Vamos a ver, se supone que todos podemos pensar lo que queramos. Tenemos libertad ideológica y de pensamiento, y eso creo que nadie niega que está de puta madre. Pero vosotros queréis que os respetemos pese a que defendáis cierta idea indefendible. ¡Incluso nos pedís que respetemos esa idea!
Para sentirte identificado con una ideología han de haber unas razones: has de empatizar con ella de una manera u otra. ¿Pero cómo coño queréis que os respetemos si defendéis ideas absurdas? Hay una cosa que se llama objetividad, y ésta puede aplicarse a las características y premisas de una idea dada. Cuando penséis en un tema ideológico, antes de soltar nada por vuestra boca o empezar a teclear, primero hacéos las siguientes preguntas: "¿Me beneficia a mí como individuo? ¿Beneficia a la sociedad? ¿Qué consecuencias negativas puede traer? ¿Cómo puede afectar a la sociedad y su crecimiento si se pone en acción?".
Si tan sólo supiérais preguntaros las preguntas correctas, pensar las cosas correctamente y no dejar llevaros por la enorme vagancia intelectual que inunda nuestro país, estoy seguro de que no veríamos tanta ideología intolerante y directamente contraproducente.
Y desde luego, dejaríamos de leer tantos absurdos "Es mi opinión".
Menos subjetividad, por dios. Menudos artistas de pacotilla me estáis hechos algunos. Si vuestra "opinión" sobre un hecho objetivo es absurda, no vengáis quejándoos luego de que os echan mierda.