Con el tema de la crisis y del acusado ambiente de crispación en las calles últimamente me vengo cuestionando, supongo que como casi todos, la posibilidad de que una revolución triunfe. He creado este tema con el fin de exponer una opinión y que de ahí salga el debate. Concretamente, sirviendome de algunos autores franceses (Deleuze, Guattari, Foucault) y algunsos posanarquistas (May, McQuinn, Bey y nuestro viejo amigo Black), expodré la idea de la imposibilidad de la revolución, al menos de una revolución que, como diría nuestro forero más querido, no nos vuelva un país soviético. Será un tocho considerable, pero trataré de ser claro y no citaré autores, que tiene que surgir un debate ameno, accesible y todo eso.
Donde hay poder hay resistencia, y no obstante (precisamente por esto), ésta nunca está en posición de exterioridad con respecto del poder (…) Los puntos de resistencia están presentes en todas partes dentro de la red de poder. Respecto del poder, no existe, pues, un lugar del Gran Rechazo –almade la revuelta, foco de todas las rebeliones, ley puradel revolucionario-.
Hace ya como cuarenta años Foucault nos decía esto del poder. Para Foucault no hay un poder que nos reprima, al menos no un único poder. La tradicional teoría represiva del poder quedaba descartada desde el principio. Para él cuando hablamos de poder no debemos caer en que el poder es solo el que emana de las instituciones, del Estado o del capital; el poder es una compleja red que está sobre todo en la esfera privada y no tanto en el congreso o en la Moncloa. Es un poder social y no hay, pues, un único poder central, inmóvil, quieto, esperando a que acaben con él, como creían los ridículos antiglobalización de hace no mucho. Así pues el poder no se resume al Estado o a la lucha de clases o a cualquier otra escatología marxista o liberal, si no que más bien el poder está en todas partes, es una red: nuestros profesores, nuestra familia, nuestra cultura, nuestro patriarcado. Todo. Asediar el congreso no vale.
De esta idea viene la concepción del panoptismo -al más puro estilo benthamtiano- como instrumento de control social y, sobre todo y más importante aún, de corrección social. Lo anormal, lo que se sale de la moral o de la ley dominante, es perseguido hasta su completa erradicación y eliminación visual. Todo tiene que estar en su sitio, todo tiene que ser normal. Y quién mejor que la propia sociedad para controlarse. De ahí la proliferación de instrumentos de erradicación: manicomios (eliminación y corrección), gulags y cárceles (eliminación y, hasta cierto punto, corrección), psicólogos (represión y corrección), la propia sociedad (piensese en el control del cuerpo en la industria sexual: cosificación y mercantilización corporal). Es la revista de los vivos y de los muertos, donde todos controlamos y todos somos controlados, donde nosotros nos insertamos en la red de poder.
De lo anterior se deduce que la lucha clásica contra el poder (manifestaciones y otros instrumentos tradicionales de la izquierda) vinie predeterminadade fábrica por éste, como si fuera un efecto de la red de poder y a su vez ayudase al dominio de esta red. Y de ahí, evidentemente, se llega a la imposibilidad de la revolución: no hay un poder central que combatir y emanciparse de él pq con un acto revolucionario así es imposible desprenderse del poder. El poder está en nosotros.
La lucha no está en las calles, no está en los parlamentos.
«Cuando los Teóricos hablan de una desaparición de lo social se refieren en parte a la imposibilidad de una "Revolución Social", y en parte a laimposibilidad del "Estado"; del abismo de poder, el fin del discurso del poder. La pregunta anarquista en este caso debería ser entonces: ¿Por qué molestarse en enfrentarse a un "poder" que ha perdido todo su significado y se ha convertido en pura Simulación? [...] Los demonios nuncaguardaron las estrellas, el Imperio jamás se fundó, a Eros nuncale creció la barba. […] No hay devenir, ni revolución, ni lucha, ni sendero; tú ya eres el monarca de tu propia piel; tu inviolable libertad sólo espera completarse en el amor de otros monarcas: una política del sueño, urgente como el azul del cielo.»
Estos dos fragmentos corresponden a un libro de Hakim Bey, un anarquista ontológico. En él Bey, ante este panorama, propone la creación de zonas autónomas, que vendrían a ser sitios donde escapar del sistema, pero siempre aceptando la existencia del sistema. Si no se puede acabar con él, escapémonos. Utopías piratas, islas del tesoro, islas tortuga, asambleas, campamentos de verano, encuentros ocasionales entre seres libres.
Dejando de lado estas zonas, no todo está tan negro. Como diría alguno hay varias resistencias que constituyen excepciones, casos especiales: posibles, necesarias, improbables, espontáneas, salvajes, solitarias, concertadas, rastreras, violentas, irreconciliables, rápidas para latransacción, interesadas o sacrificiales; por definición no pueden existir sino en el campo estratégico de las relaciones de poder. Los franceses que mencionaba antes propusieron bastantes cosas, desde revoluciones moleculares hasta el dominio de la micropolítica. A mí personalmente ésta última me gusta mucho. J.L. Pardo decía que esta novedad, la de la micropolítica de Guattari, puede describirse como una redefinición del terreno de juego mediante la cual ingresaban en la arena de lo político toda una serie de ámbitos (las relaciones sexuales, familiares, laborales, institucionales, clínicas o escolares) que hasta ese día habían quedado excluidas de ella por su presunta pertenencia a la esfera privada; intervenciones "micropolíticas" en las prisiones, en los manicomios, en los hospitales, en las escuelas y en las familias, intervenciones que habían de subvertir en sentido progresista esas instituciones, sin respetar fronteras nacionales.
Asi pues la revolución, o la lucha si se prefiere, está al margen de la macropolítica; está en la esfera privada: feminismo, inmigración, educación, ecologismo, etc. ¿Reformismo? Tal vez, pero creo sinceramente que es el único camino. Hagamos política en la esfera privada.
Y eso es todo. Yo no veo revolución. ¿Vosotros? Comentad lo que os salga de los cojones.