La burbuja de los tranvías, que fue la panacea de la movilidad urbana cuando había crédito para los ayuntamientos, se ha pinchado cinco años después. Constructoras, consistorios o operadores se han visto afectados.
Una docena de ciudades españolas decidideron, en pleno boom inmobiliario, vertebrar sua calles con tranvías. El viejo modo de transporte volvía, de esta manera, a la escena de la movilidad urbana, ya que, sobre el papel, recogía importantes ventajas para los ciudadanos: descongestión de tráfico, reducción de emisiones, transformaciónm de los centros urbanos...
Bajo estas premisas y gracias a la financiación sin límite que disponían las corporaciones gracias a los ingresos procedentes del urbanismo, se iniciaron varios proyectos bajo distintos modos de explotación.
Desde la explotacióin directa pública hasta la pura privatización, pasando por la creación de empresas mixtas. Solo cinco años depués, la burbuja de los tranvías también ha pinchado, dejando en una delicada situación a los agentes que participan en estos proyectos: ayuntamientos, bancos, constructoras y operadores privados.
Estos son algunos ejemplos de un negocio declarado ruinoso:
Tranvía de Parla
Se trata de uno los hitos que dejará marcado en rojo el curriculum de Tomás Gómez, dirigente socialista y ex alcalde de Parla, como gestor público. Como en el cuento de la lechera, Gómez fió el proyecto del tranvía a la previsión de ingresos extraordinarios procedente del crecimiento urbanístico de la ciudad madrileña por el este.
Diseñó el proyecto y se lo adjudico a un grupo de empresas para su explotación durante 40 años. Las compañías también se creyeron su viabilidad y pidieron prestados a Caja Castilla La Mancha (accionistas con el 15%) y a BNP 80 millones de euros para construirlo. La obra, finalmente, costó más de 140 millones y se inauguró en 2007.
Más de 8 kilómetros de vía que conectan los puntos neurálgicos de la ciudad y comunica con el tren de cercanías regional. Después de cuatro años de servicio, el negocio se ha demostrado ruinoso, entre otras razones, porque nadie paga, sobre todo, el ayyuntamiento, que no se hace cargo de los gastos asociados a las construcción del proyecto.
Adeuda a la concesionaria controlada por el grupo Globalvía más de 47 millones de euros. A su vez, el operador debe más de 6 millones a las empresas encargadas del mantenimiento, Alstom y Metro de Madrid. Ambas ya han rescindicido el contrato, lo que supone dejar la instalación en una situación delicada.
Metro de Sevilla
En Andalucía, igualmente, la construcción de metros y tranvías así como su puesta en funcionamiento está acarreando graves problemas a todas las administraciones públicas y empresas implicadas.
El mejor ejemplo de ello, es el suburbano de la capital hispalense. La concesionaria ha denunciado recientemente al Ejecutivo autonómico al negarse a pagar el sobrecoste de 155,9 millones que acarreó a la sociedad Metro de Sevilla el retraso sufrido durante las obras y la demora en la puesta en servicio de la Línea 1, cuya inauguración fue en 2009, es decir, tres años después de lo inicialmente previsto. Sus accionistas principales son ACS (34,01%) y Sacyr (32,77%). El resto del capital se lo reparten la propia Administración regional (11,77%); Gea21 (11,15%); y Grupo CAF, con un 10,31%.
Metro de Málaga
Una situación más grave aun atraviesa el metro de Málaga, que ha visto cómo su puesta en servicio se ha retrasado hasta 2013 (estaba prevista para el 11 del 11 de 2011 a las 11 de la mañana).
El argumento de la Junta de Andalucía para tomar esta decisión es que la única posibilidad era inaugurarlo de manera parcial y que esta medida supondría unas pérdidas de 12 millones anuales para las arcas públicas dado que sus estudios reflejaban que solo atraería unos 2.000 viajeros diarios.
Metro de Granada
Otro tanto está sucediendo en Granada, ciudad en la que se han parado las obras en varias ocasiones y cuya apertura no será una realidad hasta, al menos, 2013, pese a que debería estar en funcionamiento en 2012. Este retraso se debe a que las constructoras han ralentizado los trabajos ante los impagos (de unos 55 millones de euros) que soportan por parte del Gobierno socialista de José Antonio Griñán.
Tren Vélez-Málaga
Pese a todos estos problemas, el futuro de los metros andaluces parece asegurado, algo que no sucede con los tranvías que se han construido estos años o que están en fase de estudio. En la actualidad, la Junta está acometiendo un plan inversor de 600 millones para este tipo de transporte.
Es el caso de la línea de la localidad de Vélez-Málaga, donde se levantó el primer tranvía moderno de esta comunidad autónoma y que, tras cinco años de vida, el Ayuntamiento ha decidido clausurarlo si la Junta mantiene su negativa a subvencionarlo.
Otros
Tampoco es mejor el panorama para el resto. En Jaén, el consistorio ha comunicado en varias ocasiones que no puede financiar su coste. En Jerez, el equipo de gobierno municipal renunció a su construcción por falta de fondos. En la zona metropolitana del Aljarafe sevillano se licitaron varias obras pero todo apunta a que el proyecto no saldrá adelante.
Únicamente el tranvía de la capital hispalense funciona con normalidad, aunque se desconoce la factura que debe soportar el Ayuntamiento -afrontó el proyecto en solitario- de una línea de poco más de un kilómetro pero cuyo presupuesto ascendió a 90 millones de euros.
En el post, varios ejemplos de xq gran parte de España sigue siendo tercermundista: la administración, el mamoneo de empresas públicas, mixtas y privadas que al final son tan cercanas al poder que tanto da. ¿Quién financiaba estos proyectos? las cajas, ¿quién está en los consejos de administración de las cajas? los políticos. Pero oye, que toda inversión en infraestructuras aunque sea ineficiente puede ser beneficiosa, quién diría esta tontería.. :3
Que alguien pinte esto en un cartel, a ver si la gente se alarma o algo. El agujero andaluz va a ser lo que hunda finalmente la economía española, al tiempo.