En Valencia he estado con un par de chavalas, pero con esta segunda no he tenido sexo todavía. Fue todo muy "flechazo": nos conocimos por Tinder, nos caímos genial, nos parecíamos en mucho... todo iba como la seda. Nos vimos antes de que pasaran siquiera 24h, y sólo fue una cita por ahí, aunque agradable. Unos cuantos líos, muy buen rollo, y mucha confianza por ambas partes. Una de esas situaciones tan buenas que pasan una de cada diez veces, con suerte.
Sucedía que a los pocos días me iba a Madrid (tenía una semana en la que no tenía que dar clase, y por tanto me pagaron viaje allí para pasarlo con amigos y descansar). Fueron 10 días en la gran ciudad y lejos de poder seguir viéndome con la chavala esta, de hecho estaba con otra amiga con la que hace ya casi un año que me veo y con la que tengo un rollo (y sexo) geniales. Pero pretendía retomar esto al volver.
Así fue. El domingo me esperó en la estación y tuvimos una tarde súper agradable. Vino a mi hotel, y bueno, la situación era de puta madre: habitación de lujo, planta alta con unas vistas de la ostia, bañera de chorros, cama grande... y una atracción brutal y ganas traídas de sexualizar apenas unos días antes. Estaba cantadísimo.
... pues no, hamijos, no estaba tan cantadísimo. Si no me había pasado con las humildes decenas anteriores de chicas, supongo que tenía que pasar con esta: "vamos demasiado rápido, quiero que esto dure, me pones muchísimo pero creo que esto sólo estropearía todo...". Bueno, lo dejé pasar y le entendí, y se limitó todo a unos besuqueos agradables y un rollo guay, con algunos subidones de temperatura pero que no fueron a más por la limitación esta. No le di mayor importancia.
Era una putada, aún así, pensar que yo el día 24 me piro de aquí, y que sería dificil volver a verla. Cabe destacar, y ella lo sabe, que no tengo problemas económicos y que podría perfectamente surgir pasarse por aquí unos diítas si la situación apetece, y que incluso en 3 meses volveré a dar un curso a Madrid, por lo que será todavía más fácil. Vamos, que la cosa podría perdurar aunque fuera con calma, siempre y cuando la situación valga la pena tanto como el hype del principio parecía dejar entrever.
Sucede que el lunes volvimos a quedar, ya no en el hotel, y tan sólo tuvimos un rollo muy normal. A mí ya me empezaba a "picar" algo: si tantas ganas tenía (y se le veían, vaya si se ponía perra con nada que se restregase uno con ella), ¿por qué a tan pocos días que nos quedan por disfrutar, no pone iniciativa para ir a algo más? Esta rayada se pasó por mi cabeza y se agravó estos días, en los que me habló mucho menos y mostró un interés algo menor, pese a que seguía siendo cariñosa conmigo y todo eso.
Entonces se lo dije: que me había molado mucho y que me encantaría disfrutar de estos días que me quedan con ella. Me soltó varias razones de por qué estaba un poco más alejada: hizo referencia a su ex maltratador (sí, lo tuvo, me lo comentó varias veces) y su dificultad para confiar (la intentaron violar en otras ocasiones), apeló al miedo que tiene de pillarse y que luego la distancia le duela, y me confirmó que desde que me fui aquella semana, se vio con más tíos pero que ninguno le moló ni la mitad, aunque sí enfrió un poco las cosas.
No obstante, ella parece querer seguir adelante con esto, volver a quedar, y que alguno de estos días nos podamos dejar llevar bien. La cosa es que a mí me está pareciendo una movida tremenda el pasar tanto tiempo con alguien sin ir a más, con tanta barrera de por medio por culpa de miedos absurdos, y aún sin siquiera tener claro si vamos a llegar hasta el final o no. Y esto jode cuando encuentras alguien que te gusta tanto, la verdad.
Mi última actuación: mensaje grandecito de madrugada para que leyese a la mañana, sobre que tenía esperanza de que superase sus miedos y pudiera confiar plenamente en mí, y pasar a disfrutar el momento y no temer el tema de la distancia y tal, entre algún cariñeo que otro y tal. No ha respondido.